Con el fin de mantenerse en el poder a toda costa, el régimen de Nicolás Maduro ha dado un viraje de 180 grados pasando del socialismo siglo XXI concebido por el extinto Hugo Chávez al más puro capitalismo salvaje, el extremo del neoliberalismo, donde predomina la ley de la selva y el sálvese quien pueda.
El Político
El régimen de Maduro ha demostrado que el dinero no tiene ideología. En su plan de sobrevivir la crisis y la pandemia del coronavirus, Venezuela es el país de los extremos. La transición y la gradualidad no figuran en su día a día. El agua le está llegando al cuello de Maduro y para sobrevivir a la crisis, cuya brutal caída de 30% de la economía nacional en 2020, ha lanzado un plan económico con incentivos para captar inversores, mejor conocido como la «dolarización» que pocos empresarios serios le ven futuro.
El exministro de Industria Víctor Álvarez sostiene que para sobrevivir a las sanciones y mantenerse en el poder, Maduro ofrece oportunidades de negocios e inversión»
Álvarez fue ministro de Industria y Comercio en los comienzos de Chávez por más de un año en 2001 pero renunció al cargo por diferencias con el caudillo. «La necesidad de sobrevivencia obliga a Nicolás Maduro a ser pragmático y olvidarse del socialismo estatista que no dio resultados. Su gobierno ya no puede sostener empresas públicas en bancarrota que no facturan ni siquiera para pagar la nómina y solo pueden sostenerse gracias a las transferencias que reciben del BCV», dice a ABC.
Repensando el modelo económico
Un trabajo de ABC plantea que Caracas y las grandes ciudades de Venezuela dan una apariencia de falsa de actividad económica y equilibrio. Y lo muestran los escaparates de los bodegones que venden productos y licores importados a precios dolarizados que florecen en las zonas pudientes de los chavistas. Pero solo los que cobran en dólares y los enchufados pueden adquirir sus productos que no llegan al 20% de la población, tal vez menos, según los economistas. La hiperinflación del 2020 sobrepasa los indíces de la canasta alimentaria de 2.600%, según el Cendas.
A juicio de Álvarez, en su lucha por mantenerse en el poder, Maduro está repensando el modelo económico basado en el control del Estado sobre la industria petrolera y otros sectores de la economía.
Y el parlamento chavista ha sido creado para darle aval al capitalismo salvaje. «Según el contenido de la Ley Antibloqueo y de los anuncios hechos en su mensaje presidencial a la nación, Maduro está dispuesto a dar un viraje a la política nacionalista y estatista, cediendo la operación de las empresas mixtas a sus socios privados y privatizando buena parte de las empresas públicas que terminaron quebradas por el burocratismo, el pseudo sindicalismo y la corrupción», señala el exministro Álvarez. Hay unas 600 empresas que el chavismo confiscó a los empresarios privados que han sido fuente de la mayor corrupción entre los chavistas y que ahora el régimen busca devolverlas a sus antiguos dueños o venderlas a los nuevos inversores de Irán, Rusia, China y Turquía, siempre y cuando paguen una comisión a los chavistas, mediante la Ley Antibloqueo que aplicará el Parlamento chavista.
Vale recordar que esta semana el presidente de la Asamblea Nacional de Maduro, Jorge Rodríguez, se reunió con la cúpula de la patronal empresarial de Fedecámaras, cuya dirección le recordó que sin reglas claras no podían colaborar con el régimen que les ha confiscado empresas. En este sentido el régimen no ha dado señales para garantizar confianza en sus propósitos de la recuperación económica.
Sin embargo, el ex ministro Álvarez afirma que los indicadores económicos no favorecen a Maduro. En el 2020 la caída económica de Venezuela ha sido de 30% en la pandemia según las Naciones Unidas que prevén un 7% de caída para este año 2021.
De acuerdo con la Ley Antibloqueo y de los anuncios hechos en su Mensaje Presidencial a la Nación, Maduro está dispuesto a dar un viraje a la política nacionalista y estatista, cediendo la operación de las empresas mixtas a sus socios privados y privatizando buena parte de las empresas públicas que terminaron quebradas por el burocratismo, el pseudo sindicalismo y la corrupción», sostiene .
Fuente: abc