El violento asalto al Capitolio de los fanáticos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado en evidencia a los grupos derivados de tendencias sectarias y excluyentes como el otrora KKK.
El Político
En varias de las imágenes publicadas en la prensa se aprecia a un singular personaje que llamó la atención por su vestir y, sobre todo, por sus alocadas creencias.
Hoy el mundo se conmueve ante la muerte de una mujer que encabezaba el asalto al parlamento, Ashli Babbit una veterana, con 14 años de servicio en las fuerzas armadas de los EE. UU. quien se confió y terminó muerta por un disparo emanado de quienes intentaban detener a las ordas dispustas a invadir al parlamento
La mujer que fue asesinada a tiros dentro del Capitolio ya tiene nombre y rostrocción. Esto es comprensible al ser una firme partidaria del presidente Trump.
El Shamán Jake Angely
Otro de los personajes emblemáticos se llama Jake Angeli, y en las redes sociales es conocido como “The Q Guy” o “The Q-Shaman”. En Arizona, es asiduo de instalarse frente al Capitolio -por lo menos desde 2019- para propalar varias teorías conspirativas, según publica Arizona Republic.
Justamente, la “Q” de sus sobrenombres es porque es un fiel seguidor y promotor del movimiento QAnon, nacido en las redes sociales en el 2017, que ha ganado popularidad gracias a las publicaciones viralizadas en Facebook e Instagram.
Q Anon sigue vigente
QAnon es un movimiento de extrema derecha que defiende la idea de que el presidente Donald Trump está librando una guerra secreta contra una secta liberal global formada por pedófilos satanistas, según publicó la Agencia AFP en octubre pasado.
Arizona Republic apunta que Angeli en febrero del 2020 se presentó frente a una multitud en un mitin en Phoenix de Donald Trump y levantó un cartel que decía: “Q me envió” y preguntó a las personas presentes si sabían de la conspiración. “La bola de nieve ha estado rodando y solo se está haciendo más grande”, agregó.
Llamar la atención
Es egocéntrico y quiere ser el centro de atracción. Sobre su forma de vestir, señaló al Arizona Republic que utiliza el gorro de piel, el rostro pintado y camina sin camisa porque es una forma de llamar la atención.
No ha declarado a la prensa local sobre su participación en esta irrupción en el Capitolio, pero un periodista del Globe and Mail of Toronto publicó en su cuenta personal de Twitter que su ingreso y salida del lugar fue pacífica.
“Hablé con Jake Angeli, el tipo de QAnon que entró en la cámara del Senado. Dijo que la policía finalmente dejó de intentar detenerlo a él y a otros partidarios de Trump y los dejó entrar. Después de un tiempo, dijo que la policía le pidió cortésmente que se fuera y lo dejó ir sin arresto”, escribió el corresponsal Adrian Morrow.
La policía calcula que unas 30.000 personas participaron en las protestas contra el resultado de las elecciones este miércoles, justo el día en que el Capitolio va a validar la victoria de Joe Biden.
Esa amenaza la repitió Trump en su discurso. «Nos veremos en las primarias, y pagaréis», dijo el presidente, antes de animar a sus partidarios que marcharan desde la Casa Blanca hasta el Capitolio, donde iba a comenzar la certificación de los resultados de las elecciones.
No parecía importarles en exceso a estos manifestantes que los republicanos estuvieran al borde de perder la mayoría en el Senado, con un recuento de infarto por el último escaño por Georgia. Ellos estaban aquí en Washington por Trump, él es su prioridad, su ídolo, y no un partido que muchos consideran parte del problema.
«Así tratamos a los traidores»
«¿Viste lo que le hicimos a Romney? Así tratamos a los traidores», dijo a ABC otro texano, que dio como nombre Mike y dijo que tenía 43 años. En la mano enseñaba el móvil con el vídeo viral de un escache contra Mitt Romney, senador por Utah y ex candidato a la presidencia, en un vuelo que tomó a Washington el martes. Le acusaban los trampistas de traidor, por repudiar a Trump durante el juicio político del impeachment y todo lo que vino después.
Esta toma trumpista de Washington no ha sido pacifica. La madrugada del martes al miércoles varios grupos con atuendo militar se enfrentaron a la policía, y hubo vandalismo y disturbios. Una decena de personas fue detenida. El líder del grupo extremista Proud Boys, Enrique Tarrio, había sido detenido y expulsado de la capital por actos de vandalismo. Sus compañeros, sin embargo, marcharon armados al caer la noche, prometiendo mantenerse junto al presidente hasta el mismísimo final.