En medio de las especulaciones promovidas por su campaña sobre la salud de Clinton, el lenguaje hiperbólico que utilizó el médico personal del empresario y la falta de datos en el expediente que presentó en diciembre, siembra dudas sobre el rigor con el que se expidió.
Durante el fin de semana el candidato presidencial republicano Donald Trump ha redoblado su insistencia para que su rival demócrata Hillary Clinton presente su certificado de salud, parte de la estrategia de su campaña de sembrar dudas sobre las condiciones físicas de la ex secretaria de Estado.
Pero la movida, que tuvo como principal promotor al ex alcalde de Nueva York Rudpolph Giuliani y sus "pruebas" sobre las enfermedades de Clinton supuestamente disponibles en internet, ha sido contraproducente, pues ha puesto el foco sobre el propio Trump y un dudoso informe médico que lo certificaba como "el aspirante a presidente más sano de la historia"
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Hasta hace no mucho Trump cuestionaba el certificado de nacimiento del presidente Barack Obama o la salud mental de Clinton, ahora es su justificante médico el que genera dudas.
Después de que pasara prácticamente inadvertido en diciembre cuando se publicó, el certificado que expidió Harold Bornstein, médico de Trump desde hace 35 años, volvió a emerger ante la insistencia sobre el estado de salud de Clinton y está siendo analizado punto por punto para constatar la veracidad de su contenido.
Las dudas surgieron después de que Bornstein señalara en una entrevista el pasado viernes con la cadena NBC que apenas le tomó unos minutos expedir el certificado, en el que asegura que Trump será " la persona más sana elegida hasta ahora para la presidencia".
La carta consta de cuatro párrafos que escribió, según contó, rápidamente mientras una limusina esperaba abajo para recogerlo.
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