Antes de las elecciones del año pasado, el primer ministro británico, Boris Johnson, bloqueó la publicación de un informe sobre la interferencia Rusia en la política de Reino Unido, elaborado por el Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento, reportó ABC.
El Político
Finalmente, el documento, de 50 páginas, ha visto la luz este martes, y según los diputados que lo elaboraron, Rusia ve a Reino Unido «como uno de sus principales objetivos en Occidente» y «la influencia rusa en el Reino Unido es la nueva normalidad».
Además, acusaron a los diferentes Gobiernos británicos de los últimos años de dar la bienvenida a «los oligarcas y su dinero con los brazos abiertos, proporcionándoles un medio de reciclar sus finanzas ilícitas a través de la “lavandería” de Londres, así como conexiones en los niveles más altos, con acceso a empresas y figuras políticas».
Los parlamentarios pidieron «acciones inmediatas» para ayudar a los servicios de inteligencia a enfrentar a «este adversario», al que calificaron como «muy capaz».
Durante 18 meses, un comité formado por miembros de diferentes partidos políticos entrevistó de forma confidencial a personal de la inteligencia británica, así como a expertos independientes. Su investigación cubre una amplia variedad de temas, incluidas campañas de desinformación, tácticas cibernéticas e información sobre el papel de los expatriados rusos en Gran Bretaña, y fue presentado en rueda de prensa.
No obstante, los datos considerados «altamente sensibles» no se harán públicos.
En repetidas ocasiones, el «premier» le quitó peso a las conclusiones del informe y se negó a publicarlo cuando a ley le obligaba. Una de las personas que presentó pruebas de que Rusia ha intentado en diversas ocasiones colarse en la política británica fue el exespía Christopher Steele, que aseguró que el Kremlin intentó financiar de manera encubierta el Brexit e influir en el resultado del referéndum del 2016, sin embargo, el comité el comité no evaluó el alcance de la influencia rusa en la consulta, argumentando que «sería difícil, si no imposible, de evaluar, y no hemos tratado de hacerlo».
Tanto Theresa May como Johnson fueron señalados por hacer oídos sordos a las acusaciones de que el Kremlin está entrometido en Estados Unidos. De hecho, la publicación del informe coincide con la visita al Reino Unido del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.
La inacción británica «está en marcado contraste con el manejo por parte de Estados Unidos de las denuncias de interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, donde se realizó una evaluación de inteligencia dentro de los dos meses desde la votación, con un informe no clasificado que se hizo público», señalaron los miembros del comité.
Otra de las conclusiones de la comisión es que los rusos también intentaron influir en el referéndum de independencia de Escocia en el 2014, lo que supondría «la primera interferencia post-soviética en una elección democrática occidental».
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Nota de ABC