Florida se encuentra en su peor momento desde que diese comienzo la pandemia de COVID-19. En concreto, lleva varios días consecutivos registrando más de 10 000 nuevas infecciones.
El Político
Esto ha llevado a los alcaldes de las distintas ciudades que componen el estado a implantar medidas muy restrictivas sobre la población. Todo ello, además, a solo 10 días de que se reanude la temporada 2019-2020 de la NBA en la ‘burbuja’ de Disneyland.
El repunte en el número de casos de las últimas semanas ha llevado a los alcaldes de Broward y Miami-Dade a incrementar la cuantía de las sanciones impuestas por no llevar la mascarilla en la vía pública. Esto se ha producido tras decenas de vídeos y fotografías de fiestas en locales y en la playa en las que los asistentes no las llevaban y que, posteriormente, han sido cuna de múltiples contagios.
Estas sanciones por no llevar el tapabocas serán, a partir de ahora, de 100 dólares. Además, subirán a 500 dólares por no cumplir las normas de distancia social y de ocupación en locales. De hecho, en caso de que haya bares, restaurantes o discotecas reincidentes, se les podrá cerrar de forma temporal. Unas medidas que, aunque tan polémica como las restricciones a la publicidad de las apuestas deportivas, solo tienen por objetivo proteger a la población en estos tiempos tan complejos.
El uso de la mascarilla y el mantenimiento de la distancia social son las claves a las que aluden ambos gobernantes para evitar lo que ellos llaman otro cierre total de la economía. Sin embargo, no todos parecen seguir esa estrategia. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, sigue negándose a fijar su uso por ley. En cambio, ha lanzado una partida presupuestaria por valor de 75 millones de dólares con el fin de ayudar a los pagos de alquileres e hipotecas. De buena parte de ella se beneficiaría la población latina, que está siendo una de las más afectadas por la pandemia.
La situación hospitalaria de Florida
La principal razón que expone Ron DeSantis para oponerse al uso de mascarillas es que aún existe capacidad hospitalaria. En concreto, y según informaciones emitidas por las autoridades sanitarias estatales, aún hay un 21 % de camas libres en estos centros. Además, muchos hoteles, ante la falta de turismo externo en Florida, han ofrecido sus habitaciones para ser medicalizadas y tratar a los pacientes.
Pero esa capacidad puede desaparecer de la noche a la mañana. No olvidemos que Florida viene de registrar casi 5000 hospitalizaciones durante un solo día y que el número de altas sigue siendo muy inferior al de nuevos ingresos. Solo cuando ambas cifras se equilibren se podrá hablar de que ha empezado a doblegarse la curva y de que el temor a un segundo cierre ocasionado por una nueva oleada ha desaparecido.
Mientras tanto, lo único que se puede hacer es mantener la guardia, seguir las instrucciones de las autoridades locales y, sobre todo, usar la mascarilla y respetar la distancia social.