La violencia sigue ganando terreno en las protestas de Estados Unidos a raíz de la muerte de George Floyd, quien fue asesinado por un policía de Minneapolis luego de asfixiarlo.
El Político
Pero muchas manifestaciones se han tornado muy violentas dentro del territorio estadounidense.
Se pudo conocer que al menos cinco policías estadounidenses fueron heridos por disparos durante las manifestaciones vandálicas que se han llevado a cabo en territorio norteamericano desde hace una semana.
Esto ocurrió horas después que el presidente de ese país, Donald Trump, declarara que sería desplegado el ejército para frenar las protestas violentas.
Trump aumentó las tensiones al posar ante los medios delante de una iglesia con una Biblia en la mano, después de que agentes de la ley dispararan balas de goma y gas lacrimógeno para desalojar a los manifestantes y permitir que el presidente pudiera llegar caminando a la iglesia tras ofrecer un discurso en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca.
Los manifestantes incendiaron un centro comercial en Los Ángeles, saquearon tiendas en la ciudad de Nueva York y se enfrentaron a la policía en St. Louis (Missouri), donde cuatro oficiales fueron llevados al hospital con heridas sin gravedad. Un quinto agente fue disparado durante las protestas en la zona de Las Vegas Strip, según dijo la polícia a la agencia de noticias AP.
“Los agentes de seguridad siguen recibiendo disparos en el centro de la ciudad y compartiremos más información cuando esté disponible”, dijo la policía de St. Louis en Twitter.
Trump ha condenado el asesinato de George Floyd, un afroamericano de 46 años de edad que murió después de que un policía blanco le inmovilizara el cuello con su rodilla durante casi nueve minutos en Minneapolis el 25 de mayo, y ha prometido justicia. Sin embargo, dijo que las protestas legítimas no pueden ser ahogadas por una “turba furiosa”.
“Los alcaldes y gobernadores deben poner en las calles una presencia policial abrumadora hasta que se sofoque la violencia”, dijo Trump.
“Si una ciudad o estado se niega a tomar las medidas necesarias para defender la vida y la propiedad de sus residentes, entonces desplegaré al Ejército de Estados Unidos y resolveré rápidamente el problema por ellos”, añadió.
Después de estas declaraciones, Trump caminó desde la Casa Blanca a través de un área que había sido despejada hasta la cercana Iglesia Episcopal de St. John, donde tomó una Biblia en la mano mientras posaba ante los fotógrafos con su hija Ivanka, y con el fiscal general de Estados Unidos, William Barr.
El obispo de la diócesis de la Iglesia Episcopal en Washington D.C., Michale Curry, fue uno de los que criticó el uso de la histórica iglesia por parte de Trump para una foto.
“Al hacerlo, usó el edificio de la iglesia y la Santa Biblia con fines políticos partidistas”, dijo en Twitter. La iglesia había sufrido daños no relevantes por un incendio durante las protestas del lunes por la noche.
La Casa Blanca dijo que estaba despejando la zona antes de un toque de queda.
Unas horas después de la revuelta de Washington, miles de personas marcharon por las calles de Brooklyn, gritando “¡Justicia ahora!” mientras los coches pasaban al lado, y algunos conductores tocaban el claxon en apoyo a las protestas.
Imágenes de televisión mostraban a multitudes que rompían ventanas y saqueaban tiendas de lujo a lo largo de la Quinta Avenida en Manhattan, uno de los distritos comerciales más exclusivos de la ciudad, antes del toque de queda de las 11 de la noche. El alcalde Bill de Blasio dijo que el toque de queda se trasladaría a las 8 p.m. del martes.
Dos policías fueron atropellados por un coche en una manifestación en Buffalo, Nueva York, el lunes por la noche. El jefe del condado de Erie, Mark Poloncarz, dijo que presuntamente el conductor y los pasajeros del vehículo estaban bajo custodia. No ha sido posible aclarar hasta el momento si el incidente fue intencionado.
En Hollywood, docenas de personas aparecían en imágenes de televisión saqueando una farmacia después de que la puerta principal fuera destrozada. Se rompieron las ventanas de un Starbucks y dos restaurantes cercanos antes de que los sospechosos se dispersaran al llegar la policía.
Con información de Reuters