A los recónditos rincones de la selva amazónica también ha llegado la pandemia de coronavirus. El río Amazonas es un gigante de más de 6.500 kilómetros de extensión que atraviesa tres países sudamericanos: Perú donde nace el curso de agua, Colombia y Brasil y en la periferia Ecuador y Venezuela
El Político
En sus principales localidades ribereñas donde se han presentado algunos de los cuadros más dramáticos de la pandemia del covid-19 en América Latina: Iquitos, en Perú, y Manaos, en Brasil.
Pero el virus se expande a los países de la amaznía, Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, y pos supuesto, Brasil.
Una película de terror
El alcalde de Manaos, Arthur Virgilio Neto, denunció que están viviendo “una película de terror”, con más 4.000 contagios y 620 muertos por el nuevo coronavirus, lo que ha causado el colapso del sistema de salud de la principal ciudad amazónica brasileña, expresó.
El mismo terror se percibe en Iquitos, donde los médicos dicen que no cuentan con camas suficientes para atender la emergencia sanitaria: “La gente se va a morir en sus casas, porque no tenemos cómo atenderla”.
La crisis no se circunscribe a estas dos ciudades: el río es el principal medio de comunicación para las poblaciones que habitan la cuenca del Amazonas y, por tanto, el canal por el que ha llegado la enfermedad a otros pueblos en la región.
“El río es el eje del Amazonas que conecta a la gente de Perú, Brasil y Colombia. Y aunque en el mapa se ve como algo muy disperso, todo se conecta a través de su cauce y sus afluentes”, le dijo a BBC Mundo el médico colombiano Pablo Martínez, quien ha trabajado en la región durante más de 20 años.
"No hay estrategia conjunta"
Martínez, a través de las redes sociales, fue de los primeros en alertar sobre la difícil situación que la pandemia podía crear para las poblaciones ribereñas del Amazonas, principalmente en Leticia, la principal ciudad colombiana en la zona, en la frontera con Brasil.
Se estima que en la cuenca del río Amazonas residen unas 400 etnias indígenas, muy vulnerables ante al avance del virus
“La mayoría de los gobiernos, durante siglos, solo han visto a la Amazonía como un lugar del que se pueden sacar recursos, pero nunca donde invertir en temas como salud o educación”, reclamó Martínez.
“Por eso han elegido enfrentar este problema desde cada país, de forma individual y con distintas estrategias, y no se han dado cuenta de que el río conecta a esta región como un todo y necesita una atención integral”, señaló Martínez.
El ministro de Salud de Colombia, Fernando Ruiz Gómez, le dijo a BBC Mundo que el gobierno colombiano es consciente no solo de la grave situación en Leticia, sino de su condición geográfica como ciudad limítrofe.
"En términos prácticos, Tabatinga -Brasil- y Leticia son una misma ciudad, y por eso la estrategia debe ser unificada. Este viernes 8 de mayoestaremos reunidos los cancilleres y los ministros de salud de Colombia y Brasil", señaló Ruiz Gómez.
"Y también hemos tomados medidas integrales como la movilidad entre los municipios, que fue prohibida, salvo que se trate de transporte de pacientes, alimentos, insumos médicos o elementos vitales. El reto con esas restricciones es lentificar la velocidad de propagación del virus para que tengamos siempre disponibilidad en los hospitales", agregó.
Tal vez una de las mayores evidencias de cómo el río Amazonas se convirtió en un vehículo para la expansión del covid-19 se halla en Leticia, la mayor ciudad colombiana sobre este río más caudaloso del mundo.
Aunque no es tan grande como Manaos o Iquitos, Leticia tiene cerca de 45.000 habitantes y, sobre todo, una ubicación estratégica en el punto conocido como la triple frontera.
“Por el río Amazonas circulan personas desde Manaos, ciudad con más de 5.500 casos reportados, y de otras poblaciones que tienen entre 27 y 630 casos", le dijo
Carlos Trillos, médico epidemiólogo y docente principal de laUniversidad del Rosario.
"También está cerca Iquitos, Perú, con más de 1.000 casos para la misma fecha. Lo anterior no solo refleja la influencia del río, sino la importancia de incrementar su control”, señaló el académico.
Una calle más allá
Los movimientos, y con ellos la dispersión del virus, están marcados por la falta de controles fronterizos e incluso de divisiones reales sobre el terreno.
"Es importante considerar que Leticia está separada de Tabatinga, en Brasil, por una calle. Esta población brasileña tenía más de 260 casos confirmados, con un control de circulación por el río regulado por las autoridades de Brasil, con problemas según informa la población”, explicó Trillos.
Cada país ha elegido enfrentar este problema con distintas estrategias, y no se han dado cuenta que el río conecta a esta región como un todo y necesita una solución integral"
Actualmente, el departamento del Amazonas es la provincia con mayor tasa de contagio por habitante en todo Colombia. Hasta este miércoles, Leticia registraba 291 casos y había reportado 14 personas fallecidas por causa del virus.
Y eso ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del sistema sanitario, no solo de Leticia sino también de Iquitos yManaos.
El río Amazonas es el más caudaloso del planeta.
Hace dos semanas, a medida que la gravedad de la pandemia se acrecentaba, 30 miembros del personal médico que trabajan en el hospital de Leticia decidieron firmar un documento en el que anunciaban una "renuncia masiva a la prestación de servicios de salud" que no fueran "urgencias vitales no covid-19″, dado que no contaban con equipos de protección personal básicos.
“Es un problema que se extiende por la Amazonía: los hospitales no tienen los recursos para atender una emergencia de este nivel. Y eso se sabía incluso antes de que se confirmaran los primeros casos”, señaló Martínez.
Denuncian que los mineros ilegales, los madereros, los cazadores y los evangélicos que desean el contacto con tribus aisladas "no están en cuarentena".
"Están usando este tiempo para explorar y son los principales vectores" de contagio, añade.
"Al mismo tiempo que adoptamos medidas para combatir al covid-19, no podemos olvidar que las incursiones y los ataques se siguen sucediendo", dice Sonia Guajajara.
"Luchar contra el coronavirus está haciendo que otros problemas se vuelvan invisibles".
El año pasado, un número sin precedentes de incendios devastó grandes extensiones de bosque en el Amazonas.
En Manaos están cavando fosas comunes o zanjas.
Es la única forma en que las autoridades, abrumadas por el número de muertes, pueden hacer frente a las consecuencias del covid-19.
Amazonas tiene una de las tasas de infección más altas de Brasil.
Y también uno de los sistemas de salud con menos fondos, una combinación que ha llevado el caos al corazón de la selva.
En abril, Manaos registró un aumento del 578% en el número de personas que murieron por problemas respiratorios.
No se cuentan oficialmente como víctimas del coronavirus, pero los expertos creen que solo puede haber una explicación.
Con los tests en niveles aún muy bajos, los números reales no son precisos.
Pero incluso si tenemos en cuenta las cifras oficiales, hay alrededor de 92.000 casos confirmados y más de 6.500 muertes, lo que ha colocado a Brasil por delante de China, donde comenzó la pandemia.
"No queremos milagros", dice a BBC el alcalde de Manaus, Arthur Virgilio Neto.
Es una clara referencia al presidente brasileño, Jair Bolsonaro,que se refirió recientemente al creciente número de muertes bromeando respecto a que su segundo nombre es Mesías, pero que no hace milagros.
Pero la llegada de ayuda es lenta, mientras Bolsonaro sigue minimizando la gravedad de la pandemia.
Amazonas también tiene el mayor número de indígenas de América.
La pobreza, la desnutrición y el desplazamiento hacen que enfrentar el virus sea un desafío aún mayor para estas comunidades, algunas de las más vulnerables de Brasil.
En el Parque das Tribos, en las afueras de Manaos, varias mujeres se afanan trabajando en máquinas de coser.
La historia les ha enseñado que los virus externos traen devastación.
Su única defensa ahora son las mascarillas de tela caseras, pero se necesita mucho más para protegerlas."Tuvimos que fabricar mascarillas con toallas sanitarias": la crisis en centros de detención de migrantes en EE.UU. por el coronavirus
"Ya tenemos muchas personas en la comunidad con síntomas", dice Vanderleia dos Santos.
"No tenemos médico ni una enfermera que nos cuide".
Durante la crisis del coronavirus, dice, las comunidades indígenas de la ciudad están siendo atendidas por el sistema de salud pública, conocido como SUS.
Las comunidades indígenas rurales tienen su propio servicio especial de salud, la Secretaría Especial de Salud Indígena (Sesai).
Sin embargo, a Dos Santos le preocupa que el sistema enmascare los verdaderos números de indígenas que han contraído el covid-19.
"Y significa que no podemos mapear a los familiares que podrían estar infectados".
Dado que casi la mitad de las comunidades indígenas de Brasil vive ahora en las ciudades, este no es un problema pequeño."Los indígenas de las zonas urbanas se sienten abandonados", dice Sonia Guajajara, que dirige la Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil.
"Están expuestos al contagio y la muerte porque no están siendo atendidos de inmediato".
"Doble golpe"
Para aquellos que viven en las profundidades de la selva amazónica, la ayuda médica más cercana suele estar a días en barco.
Algunas comunidades se han encerrado por miedo al contagio
Otros siguen sin tener contacto, pero sus medios para vivir están en peligro en un momento en el que hay menos supervisión por parte de las agencias indígenas y ambientales.
El departamento colombiano contabiliza 718 personas contagiadas por la Covid-19, de las que 26 han fallecido, en medio de una situación sanitaria muy precaria.
Un informe del Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Salud (INS) de Colombia divulgado este lunes, apunta que 11.613 personas se han contagiado con la Covid-19, tras identificarse 550 nuevos casos en las últimas 24 horas, la mayoría pertenecientes al departamento de Amazonas.
La situación respecto a la Covid-19 es tan crítica en el departamento de Amazonas, que la representante del Centro Democrático, Yenica Acosta, ha solicitado al Gobierno del presidente, Iván Duque, que se facilite el traslado de todos los pacientes hasta la capital del país, ya que el servicio de salud en Leticia está colapsado y es insuficiente.
"El hospital de Leticia es de segundo nivel y cuenta con solo 8 respiradores para adultos, uno pediátrico y uno neonatal, además de una planta de oxígeno que está en mantenimiento, es decir, no sirve", señaló Acosta.
Asimismo, denunció que hay pacientes positivos para el contagio que no requieren hospitalización por ser asintomáticos, pero se encuentran en sus casas exponiendo a otros habitantes de Leticia. "Esto es grave porque Leticia tiene una población pequeña y vulnerable en la que, en cada vivienda, pueden vivir 5 ó 6 familias en hacinamiento".
Alerta en Venezuela
Venezuela ha profundizados las medidas para evitar que el coronavirus entre masivamente a la amazonía al sur del país. El gobernador Bolivariano Miguel Rodríguez calificó como exitosa la operación cívico-militar de vigilancia epidemiológica realizada en la frontera con Brasil, donde se ejecutan pesquisas y se aplica despistajes con pruebas rápidas para detección de Covid-19 a ciudadanos indígenas de la zona.
Durante la jornada además se vacunó a 92 yanomamis contra otras diversas patologías y se dio atención médica general, difundió en su cuenta de las redes sociales, @MR_Amazonas.
Así, 59 miembros del pueblo Jiwi que estaban en Apure fueron retornados a sus comunidades de origen, luego de cumplir la cuarentena en esa región gracias a las atenciones brindadas por el gobernador Ramón Carrizález.
Desde Mérida, las acciones conjuntas con el Protector del estado, Jehyson Guzmán, incluyeron el apoyo al plan que trasladó a 42 estudiantes hasta Amazonas para que puedan estar con sus familias.
Y desde Caracas, en una operación conjunta con la alcaldesa Érika Farías. se coordinó el control epidemiológico y la aplicación de pruebas rápidas a 43 amazonenses que retornaron a Puerto Ayacucho.
Igualmente, en operación migratoria conjunta, fueron acogidos 21 compatriotas provenientes de Puerto Carreño, en Colombia, a quienes se les aplicó el protocolo y cumplen su cuarentena en el Punto de Atención Social Integral (Pasi).
Ya se han reportados varios casos en Venezuela que sigue mostrando bajas estadísticas en el país.
Con información de Mercurio, BBC, telesur