Para el comandante Craig Faller del Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses, Trinidad y Tobago es uno de los países aliados clave de EE.UU. en el combate contra el narcotráfico en la región, aclarando que su participación es clave debido a su proximidad con Venezuela y a que las islas suelen ser una escala en el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos y Europa.
El Político
Pero en Trinidad y Tobago (TT) se han movido con fuerzas intereses distintos a los que hoy hace frente Estados Unidos y sus aliados, con todas las operaciones que han desarrollado en el Caribe durante las últimas semanas.
Estas operaciones se han traducido, hasta la fecha, en enormes capturas de cargamentos que debilitan la estructura económica del narco en la región, sacando a flote diferencias entre los bloques de la mafia, como se ha observado en Venezuela este fin de semana, tras el decomiso de 3 toneladas de cocaína frente a costas venezolanas y que terminó en una persecución de mafias y narcos por parte de elementos de seguridad del régimen de Maduro, como muy pocas veces se había visto.
Además de la declaración conjunta para la exportación de gas que Venezuela y TT firmaron en 2018, en septiembre del año pasado autoridades antinarcóticas venezolanas se reunieron con sus pares de TT, para fortalecer cooperación, según lo informó en la fecha el ministro de Interior y Justicia de Maduro, Néstor Reverol, después del encuentro con el titular de Seguridad Nacional de la isla caribeña, Stuart Young.
«Con esta visita afinamos protocolos de seguridad necesarios para la vigilancia y patrullaje marítimo en la frontera compartida con la hermana República de Trinidad y Tobago, adicionalmente abordamos temas migratorios y establecimos un método de reuniones periódicas de trabajo», dijo Reverol en esa oportunidad.
Reverol está acusado desde 2016 por la justicia de Estados Unidos, de aliarse con capos de la droga a cambio de dinero y favores, razón por la que una corte de Nueva York quiere juzgarlo por su papel en el negocio del narcotráfico. Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y otros países, también han sancionado a Reverol por su papel en el sostenimiento del régimen, además de su responsabilidad en la persecución, represión y encarcelamiento de opositores.
Sin embargo la presión de Estados Unidos ha venido surtiendo efecto pues a finales de marzo de este año el primer ministro de TT, Keith Rowley tuvo que salir a rechazar que la visita de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez a su país la semana anterior, estuviera relacionada con la acusación de Estados Unidos al gobierno de Caracas por narcotráfico.
Medios locales se preguntaron cuál era la razón de que se concediera un permiso especial a Delcy Rodríguez para aterrizar en Trinidad y Tobago, cuando el tráfico aéreo estaba suspendido a causa del cierre de fronteras por la pandemia del coronavirus, haciendo estallar las alarmas sobre la urgencia del encuentro, tomando en cuenta que el encuentro se realizó justo después de que Estados Unidos acusara a Maduro de narcotráfico.
Elementos de la oposición política de TT recordaron que mientras se les abrieron las fronteras aéreas al avión de Delcy Rodríguez, rechazó movilizar a la aerolínea nacional para recoger compatriotas varados en el extranjero.
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Nota de Primer Informe