El pasado lunes, David Clark, el ministro de Salud de Nueva Zelanda, se ha llamó a sí mismo "idiota" tras haber quebrado la cuarentena de su país por Covid-19 al desplazarse con su familia a la playa. Clark admitió que su viaje de 20 kilómetros fue "una clara violación de los principios del confinamiento".
El Político
El ministro de Salud de Nueva Zelanda no es la primera autoridad de salud que rompe las reglas de confinamiento. El pasado domingo 5 de abril la jefa del servicio médico de Escocia, Catherine Calderwood, dimitió tras haber viajado en dos ocasiones a su segunda residencia.
El político neoxelandés le presentó su dimisión a la primera ministra Jacinda Ardern, pero por ahora permanecerá en el cargo debido a la crisis sanitaria. Sin embargo, fue degradado de puesto en el gabinete y perdió su papel como ministro asociado de Finanzas.
Una semana antes de este viaje a la playa, Clark había conducido una distancia corta hasta una ruta de bicicleta de montaña. Su vehículo, con una imagen suya al costado, fue fotografiado.
"La gente puede salir a tomar aire fresco y conducir distancias cortas si es necesario, pero hemos pedido que se eviten actividades en las que existe un riesgo alto de lesión", dijo Ardern en respuesta a aquel incidente.
Tras la segunda violación al protocolo establecido, Clark dimitió y dijo:
"Como ministro de Salud, es mi responsabilidad no solo cumplir las reglas sino dar ejemplo a otros neozelandeses". "En este momento estamos pidiendo a los neozelandeses hacer sacrificios históricos y les he decepcionado. Soy un idiota, entiendo que la gente esté enojada conmigo", añadió.
Fue degradado
Tras ello, la primera ministra Ardern aclaró que, "en circunstancias normales, Clark habría sido retirado del cargo”.
"No nos podemos permitir exponernos a un gran trastorno de nuestro sistema de salud o de nuestra respuesta ante la pandemia. Por esa razón, y solo por esa razón, Clark mantendrá su cargo. Pero tendrá que pagar un precio. Rompió las reglas", dijo.
"Conservará su cargo de ministro de Salud, pero pierde su papel como ministro asociado de Finanzas y es rebajado a la parte más baja del escalafón del gobierno".La policía ha recibido cientos de denuncias de vecinos insolidarios.
Nueva Zelanda maneja una exitosa estrategia contra el coronavirus
La meta de la primer ministro Jacinda Ardern no es “aplanar” la curva sino eliminarla. En ese país de Oceanía los contagios disminuyen diariamente y sólo han muerto cinco personas
Según los expertos, uno de los países del mundo que mejor está manejando la crisis del coronavirus es Nueva Zelanda. Esta nación de Oceanía ha logrado espectaculares resultados no “mitigando”, como otros países, sino “eliminando” directamente la enfermedad.
Mientras los casos positivos y las muertes por coronavirus se cuentan de a miles alrededor del mundo, en Nueva Zelanda la realidad es un tanto diferente: los contagios disminuyen diariamente. El gobierno sostiene que su objetivo no es aplanar la famosa curva, sino eliminarla por completo.
El gobierno, liderado por la laborista Jacinda Ardern, decidió tomar agresivas decisiones en los comienzos de la crisis y parece que la estrategia ha dado resultado. Desde que se inició la pandemia, sólo han registrado cuatro muertos.
Eliminación de la curva
Esta estrategia de eliminación de la curva consiste en hacer lo contrario que la mayoría de países: se toman medidas fuertes al comienzo de la crisis para evitar su introducción. Se podrían resumir en cinco grandes medidas:
Control fronterizo con aislamiento efectivo de viajeros; detección rápida con pruebas generalizadas; aislamiento y rastreo de contactos; promoción intensa de la higiene y cumplimiento estricto del distanciamiento social; y estrategia efectiva de comunicación.
Nueva Zelanda puso en cuarentena a todos los viajeros que llegaban del extranjero a partir del 15 de marzo. El día 19, cerró las fronteras y hay que recordar que este es un país que prácticamente vive del turismo, a tal punto que recibe alrededor de 4 millones de turistas al año.
El día 23 de marzo confinó a todo el mundo: nadie podía salir de casa excepto a comprar víveres o medicinas o hacer ejercicio cerca de casa. Sólo los empleados de servicios esenciales podían salir.
Los neozelandeses han cumplido estrictamente las recomendaciones de quedarse en casa. Así, uno de los mensajes del gobierno era: "Actúa como si tuvieras Covid-19. Esto salvará vidas".
Otra clave es la geografía del país, formado por dos islas, lo que permite el control de las entradas y salidas de extranjeros.
Para reducir el impacto económico, el gobierno ha suspendido el pago de las hipotecas, se han puesto en marcha programas de apoyo económico a empresas y trabajadores; y familias con pocos recursos han recibido módems para darles acceso a internet.
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¿Cuál es la situación en Nueva Zelanda?
El confinamiento en Nueva Zelanda indica que las personas deben aislarse y ponerse en cuarentena en casa excepto para "desplazamientos esenciales”.
Está permitido hacer ejercicio fuera de casa, pero siempre y cuando los que lo lleven a cabo no se "expongan al peligro”.
Nueva Zelanda tiene alrededor de 1.100 casos confirmados, de los cuales se han recuperado 546 y han muero cinco personas.
(Con información de 20minutos, BBC Mundo, Clarín)