Los atletas que conformaron el primer equipo de refugiados en la historia de los Juegos Olímpicos, fue la selección que no ganó medallas, pero triunfaron al demostrar su valentía, coraje y determinación. Participaron en la importante contienda deportiva, dejando atrás los días cuando huyeron de sus países por causas raciales, religiosas o por las guerras y la violencia.
Luisiana Ríos P/El Político
La Alta Comisionada Adjunta de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) Kerry T. Clements dijo que “el equipo captó la atención del mundo y cambió el discurso sobre los refugiados. No hay duda que dejaron un legado al participar en estos Juegos Olímpicos y también sirvieron de inspiración para todos nosotros, para que sigamos trabajando para la paz y para ayudar a las personas que son forzadas a huir de la guerra y los conflictos”.
Fueron diez los deportistas de la delegación que no tienen casa y que desfilaron en Río con el estandarte del Comité Olímpico Internacional (COI), pues ellos tampoco poseen una bandera, ni un himno. Y es que los miembros del equipo de refugiados nacieron en la República Democrática del Congo, Etiopía, Sudán del Sur y Siria, participando en las disciplinas de atletismo, natación y judo. Los refugiados se vieron en la necesidad de huir de sus países, porque no cuentan con la protección necesaria de los gobiernos de sus naciones.
"Estamos mostrando a todo el mundo que somos seres humanos. Tenemos que recordar a los millones de refugiados y mostrar nuestro amor y respeto hacia estas personas. Mostré que todos los refugiados pueden hacer algo importante, no solamente en el atletismo, sino que en cualquier otra cosa”, dijo Yonas Kinde de Etiopía quien corrió un maratón en los Juegos en Brasil.
La calamidad que vivieron estos héroes olímpicos, son desconocidas por muchos alrededor del mundo, pero la realidad es que a diario miles de familias abandonan sus hogares como ellos, escapando de los conflictos bélicos. Dejan atrás todo lo que tenían, incluso a otros miembros de su familia, con la esperanza de encontrar un lugar seguro donde vivir y trabajar en paz.
“Ellos son las historias de personas pobres de todo el mundo, no solo de los refugiados. Por eso la gente les toma cariño. No es sólo estar de este o del otro lado de la frontera, es la lucha contra todo pronóstico”, dijo Tegla Loroupe, la corredora keniana ganadora de un récord mundial, que fue seleccionada por el Comité Olímpico Internacional (COI) para liderar al Equipo de Refugiados. “Me siento como si fueran mis hijos”.
Rose Nathike Lokonyen, una sudanesa de 23 años y quien guió al Equipo al Estadio en la Ceremonia de Apertura bajo la bandera Olímpica, dijo que todos los miembros del equipo de refugiados estaban encantados con la cálida bienvenida que recibieron, pero querían una oportunidad para poder continuar con sus entrenamientos y seguir mejorando.
“Todo el Equipo Olímpico de Refugiados y yo estamos muy felices de haber competido en estos Juego, los primeros con un Equipo de Refugiados. Nosotros representamos a millones de personas. Me gustaría representar a mi país en los Juegos Olímpicos, pero cuando termine la guerra. Si aún hay conflicto, es muy difícil. Tienen que ser capaces de lograr la paz. Paz es lo que necesitamos”.
En nuestra próxima entrega, El Político le llevará a conocer de las historias de vida de estos atletas, símbolo de la esperanza de los más de 65 millones de refugiados en el mundo entero y que lograron sensibilizar al público, quienes voltearon su atención hacia el drama de los refugiados.