Durante el primer consejo de ministros, Sánchez, de PSOE, e Iglesias, de Unidas Podemos, trataron de dar una imagen de sintonía, unidad y solidez. El nombramiento de la exministra Dolores Delgado como Fiscal General del Estado ha generado una gran inquietud entre fiscales, jueces y oposición, pero Sánchez e Iglesias ya acordaron apoyarla.
El Político
Nada parece enturbiar, por ahora, el ambiente de sintonía que están proyectando el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, del PSOE, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, en el arranque del ejecutivo de coalición en ese país.
Varios ministros coinciden en que fue muy bueno el ambiente del primer consejo de ministros, que se realizó este martes. Sánchez e Iglesias cerraron filas en la primera decisión polémica: el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado. “Es impecable”, dijo Sánchez. Iglesias lo respaldó: “estoy de acuerdo, por supuesto”, en una entrevista en Antena 3.
El ejecutivo arranca tratando de desmentir algunos de los prejuicios que se han instalado sobre la coalición: que será un caos y que durará poco. Sánchez e Iglesias se han conjurado para despejar juntos esos fantasmas y trasladar una imagen de unidad, sintonía y solidez impensable hace solo unas semanas. El atracón de imágenes del primer consejo de ministros de la coalición sirvió para reforzar esa idea, con fotografías en las que se ve a Sánchez golpeando cariñosamente en la espalda a Iglesias, y ambos muy sonrientes con todos los demás ministros.
Esa escenificación en público se repitió en privado, según varios ministros. Todo fue buen ambiente, entre otras cosas porque este martes apenas hubo debate: el ejecutivo solo tenía buenas noticias que contar. Como estaba previsto, la primera medida del primer consejo de ministros fue la subida del 0,9% de las pensiones, que se había dejado en suspenso a la espera de que se pudiera formar gobierno.
Y el único punto polémico de estas primeras horas: el nombramiento de la exministra de Justicia Dolores Delgado como Fiscal General del Estado tampoco generó ningún roce entre Sánchez e Iglesias, porque el líder de Unidas Podemos está de acuerdo con esa elección. Así lo trasladó en privado y después en público, en una entrevista en Antena 3 donde también mostró su lado conciliador con Sánchez y trató de trasladar que en el gobierno todo es unidad y sintonía, al menos en estas primeras horas.
Sánchez, que finalmente ofreció una rueda de prensa completa en La Moncloa después de semanas de no aceptar preguntas, quiso dejar muy claro que el ejecutivo tiene prisa por recuperar el tiempo perdido y pretende agotar la legislatura. De hecho, incluso ha contado los días, 1.400, que le quedarían si lograra ese objetivo, que se antoja titánico dada la exigua mayoría de la que dispone.
Sánchez no quiso dar detalles de las decisiones que tiene que tomar en los próximos días, sobre todo el alza de sueldo de los funcionarios, la subida del salario mínimo y el techo de gasto, pero sí defendió con rotundidad su polémica decisión de nombrar a su exministra de Justicia como fiscal general.
Para el presidente, el currículo de Delgado es “impecable” e “incuestionable”. Sánchez aseguró que solo le ha pedido a la exministra “que ejerza su independencia” al frente del ministerio público. Iglesias defendió a capa y espada a Delgado y atacó al PP por sus críticas al nombramiento, a pesar de que el propio líder de Podemos había atacado previamente a la ya exministra por su relación con el comisario José Manuel Villarejo. Delgado también es diputada del PSOE e hizo campaña para este partido, pero Sánchez e Iglesias insisten en que eso no tiene por qué limitar su independencia.
En primera fila seguían la comparecencia tres ministros socialistas, incluida la vicepresidenta, Carmen Calvo, y el núcleo duro del gabinete de Sánchez, con Iván Redondo, jefe de gabinete, Félix Bolaños, secretario general de Presidencia, y José Manuel Albares, director del área internacional. Pero no estaba allí Iglesias, gran protagonista de la jornada por la novedad que supone tener por primera vez un vicepresidente de Podemos sentado a la izquierda del presidente.
Después de todo lo que se dijeron en los últimos meses, y de que Sánchez insistiera en que Iglesias era el gran obstáculo para que hubiera una coalición, ahora el presidente asegura que, con el pacto que se ha cerrado, no tiene “ninguna reserva” con el líder de Unidas Podemos ni con el acuerdo alcanzado con este grupo. “Al contrario, estoy orgulloso. Es cierto que es una experiencia inédita, pero todos los ministros lo son ya del gobierno de España y no de un partido político”, insistió.
Carta a los ministros
Sánchez lanzó duras críticas a la oposición y demostró en todo momento que tiene intenciones de dar la batalla e intentar incluso agotar la legislatura si puede. El presidente criticó en especial al PP por su intención de bloquear renovaciones de órganos importantes como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
“Antes me llamaban okupa. Ahora discuten nuestra legitimidad. Nos sentimos plenamente legitimados como gobierno. Les pedimos que reconozcan el resultado de las elecciones. Intentaron bloquear la política y ahora quieren bloquear la justicia. Tiene que haber una renovación, que es lo que necesitan las instituciones como el poder judicial”, les reprochó el presidente.
Antes, Sánchez había enviado una carta a todos los ministros, la cual hizo pública, en la que hay un claro llamamiento a la unidad. “En el consejo de ministros y ministras hay personas de muy diversas trayectorias y procedencias. Integramos un gobierno plural, pero nacido con un propósito firme de unidad. Un gobierno que se enriquece con procedencias diversas, pero que tendrá una sola meta; que hablará con varias voces, pero para emitir el mismo mensaje”. Esta será una letanía en las próximas semanas, una especie de mantra que es necesario repetir para alejar el fantasma de la división del ejecutivo.
Gran inquietud por nombramiento de Dolores Delgado
La propuesta de designación de la ya exministra de Justicia, Dolores Delgado, como Fiscal General del Estado fue recibida con gran inquietud en la carrera fiscal, precisamente por los problemas que pueda acarrear su reciente paso por el gobierno.
La mayoritaria y conservadora Asociación de Fiscales manifestó duras críticas: cree que es la prueba de que el ejecutivo quiere tener “sometida” a la Fiscalía. La Unión Progresista de Fiscales destacó, en cambio, la especial preparación de Dolores Delgado, con una larga trayectoria profesional en la propia Fiscalía, como garantía de que podrá afrontar con eficacia los retos y conflictos que se presenten.
Jueces y fiscales expresaron este lunes sus inquietudes de forma muy diversa, desde las duras críticas de los conservadores al apoyo sin fisuras de los progresistas.
Cristina Dexeus, presidenta de la Asociación de Fiscales, manifestó “estupor” a causa de la designación de la desde hoy exministra Delgado como nueva Fiscal General del Estado. A su juicio, se trata de una propuesta con la que claramente se trata de “indicar” que el gobierno quiere sujetar a los fiscales. En un comunicado oficial, la asociación mostró “su malestar y preocupación por la imagen de politización y falta de independencia e imparcialidad transmitida al colocar en la cúspide de la carrera fiscal a una persona que ha sido ministra de Justicia hasta hace pocas horas”.
El texto expresa el peligro de que la independencia de la institución “se resquebraje”. Dexeus habló también de “desagrado” ante la decisión de proponer a Delgado, porque “confunde a la ciudadanía”, ya que parece que “hay una interferencia política en la cúpula fiscal”.
En esa línea, para Dexeus lo único que puede explicar la elección de Delgado es que el gobierno la quiere “sometida” a sus prioridades y criterios, más aún con la agenda de asuntos espinosos que tiene por delante. Como confirmación implícita de que la llegada de Delgado puede conocer episodios conflictivos, la presidenta de la Asociación de Fiscales afirmó que los fiscales tienen a su disposición “ciertos mecanismos” para que “pueda oponerse” a alguna instrucción u orden “que consideren ilegal”.
Mecanismos para oponerse a la ilegalidad
En el caso de la causa sobre el procés, estos mecanismos pasarían por la convocatoria de una Junta de Fiscales de Sala del Tribunal Supremo, no ya en el caso de que alguno de los cuatro encargados del caso en la Fiscalía estimara ilegal alguna orden, sino que bastaría que existiera una fuerte discrepancia de fondo sobre la improcedencia o falta de fundamentación de la instrucción recibida.
De hecho, la mayor expectación en la carrera fiscal se centra en estos momentos en comprobar si Delgado encaja con los cuatro fiscales que han llevado la causa del procés en términos que el gobierno ha venido considerando equivocados, sobre todo con respecto a la calificación de los hechos como rebelión, y no como sedición, tesis que acabó sosteniendo la Abogacía del Estado, y que fue asumida por el Supremo en su sentencia del pasado octubre.
La Unión Progresista de Fiscales (UPF) expresó en cambio “un voto de confianza” hacia Dolores Delgado desde el convencimiento de que “va a actuar en beneficio de la carrera y de la justicia con absoluta independencia”, en los términos que prevé el Estatuto del Ministerio Fiscal.
Su portavoz, Teresa Peramato, añadió a esta convicción la idea de que Delgado cuenta con “un perfil que reúne todos los principios necesarios para ocupar el cargo de Fiscal”, por lo que cabe esperar que desarrolle “perfectamente” sus funciones. Peramato añadió que, ante eventuales dificultades, Delgado podrá contar con la experiencia que reúne como perteneciente a la propia carrera fiscal. Se trata —dijo la portavoz de esta asociación— de una fiscal “preparadísima, que conoce nuestra carrera de los pies a la cabeza”.
Críticas de la judicatura
Desde la judicatura, la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria (AJFV), de orientación moderada, calificó de “insólito y lesivo” el nombramiento de Delgado. El portavoz de esta asociación, Jorge Fernández Vaquero, estimó que esta designación “destruye toda apariencia de imparcialidad” en las futuras decisiones de la Fiscalía.
Fernández Vaquero añadió que la elección de Delgado “de forma indirecta merma la credibilidad de la gran labor profesional y esforzada que realizan a diario los miembros del Ministerio Fiscal en tantos tribunales y juzgados”. Para la Asociación Francisco de Vitoria, la segunda en afiliados de la carrera, “casi cualquier iniciativa de importancia que acometa el Ministerio Fiscal en los graves asuntos que se presentan en el horizonte político más inmediato”, en clara referencia a la causa del procés, será “cuestionada por la inevitable sombra de parcialidad”.
En sentido contrario se manifestó el portavoz de Juezas y Jueces para la Democracia, Ignacio González Vega, que considera que el hecho de que Delgado haya sido ministra no supone “ningún obstáculo” para desempeñar el nuevo cargo. González destacó su profesionalidad y sus años de experiencia como fiscal, por lo que pide esperar a “valorar los hechos” una vez comience a desarrollar su nueva función.
(Con información de El País, El Mundo)