Enrique de Inglaterra y Meghan Markle quieren residir entre Canadá y el Reino Unido.
Buckingham ha respondido que entienden su deseo de “adoptar un nuevo rumbo pero son asuntos que exigen tiempo para su solución”. La Reina Isabel responde con un flemático “Fo”.
El Político
Los duques de Sussex han anunciado a través de un comunicado que darán un "paso atrás" dentro de la familia real británica y que trabajarán para "forjar durante este año un nuevo rol" dentro de la monarquía, al tiempo que subrayan su "completo apoyo a Su Majestad la Reina", Isabel II.
Meghan Markle y Enrique de Inglaterra han hecho pública su "intención de dejar de ser miembros ‘senior’ (mayores o principales) de la casa real y trabajar en la dirección para independizarse económicamente". "Tras muchos meses de reflexión y discusiones internas hemos decidido utilizar este año como transición para empezar a diseñar este nuevo papel dentro de la institución”.
El príncipe Enrique y su esposa, la actriz estadounidense Meghan Markle, han caído víctimas de la misma maldición que atrapa a todos los miembros de la familia real británica que no tienen un destino fijo y decidido: su vida privada, con los errores, excesos y decisiones personales que encierra, acaba sometida a una crítica feroz.
Los duques de Sussex anunciaron este miércoles, a través de su cuenta oficial de Instagram, que ponen tierra de por medio y que pretenden abandonar gradualmente, a través de 2020, las actividades y compromisos públicos que les imponía el palacio de Buckingham. "Pretendemos dar un paso atrás en nuestro papel de miembros senior de la familia real y trabajar para ser económicamente independientes, a la vez que continuará nuestro pleno apoyo a su majestad.
Planeamos equilibrar nuestro tiempo entre el Reino Unido y América del Norte y seguir cumpliendo con nuestros deberes respecto a la reina, la Commonwealth (Comunidad de Naciones) y las organizaciones de nuestro patronazgo.
Este equilibrio geográfico nos permitirá educar a nuestro hijo en el aprecio a la tradición real en la que nació, a la vez que aportará espacio a nuestra familia para enfocarnos en un nuevo capítulo de su vida", decía el comunicado hecho público por la pareja junto a una imagen de ambos realizada el día que anunciaron su compromiso, en noviembre de 2017.
Respuesta de la Casa Real
A pesar de que el comunicado fue distribuido por el Palacio de Buckingham, se anunció que se trataba de un "anuncio personal del matrimonio". Algunos medios británicos, como The Times, aseguran que ni Isabel II ni Carlos de Inglaterra conocían la decisión de Enrique y Meghan. La reina, según ese mismo diario, se habría mostrado decepcionada ante la decisión de su nieto.
Todo esto explicaría que una hora y media después de hacerse pública la noticia, la Casa Real emitiera un nuevo comunicado, en un tono seco y con una brevedad cortante: "Las discusiones con el duque y la duquesa de Sussex están en una fase preliminar. Entendemos su deseo de adoptar un nuevo rumbo, pero estos son asuntos complicados que exigirán tiempo para su solución".
El matrimonio real ha realizado este comunicado después de seis semanas de vacaciones en las que decidieron desaparecer del foco mediático tras un año en el que ambos admitieron haberse enfrentado a muchas dificultades con los medios de comunicación por su estilo de vida.
Precisamente los últimos días de este retiro los han pasado en Canadá, donde se han dejado ver junto al pequeño Archie. Es esta región de América del Norte donde podrían instalarse, según algunas fuentes cercanas a la pareja. Algo que tendría sentido debido a que Markle siente especial predilección por este país ya que vivió en Toronto durante los años en que la exactriz trabajó en la serie Suits, que se rodaba en la ciudad canadiense, cuyas siete temporadas protagonizó y que abandonó hace más de dos años para unirse a la familia real británica.
Independencia económica
En teoría, se abre a partir de ahora un proceso de delicada negociación entre los duques de Sussex y Buckingham en el que deberá definirse la velocidad y alcance del distanciamiento que han anunciado y los arreglos financieros necesarios hasta que puedan alcanzar su pretendida “independencia económica”.
Enrique comparte con su hermano Guillermo una retribución de cerca de seis millones de euros anuales procedente del presupuesto soberano, es decir, del erario público. Aunque el reparto nunca se ha hecho público, existe la convicción de que el duque de Sussex se lleva mucho más de la mitad de esa cantidad.
Guillermo, en su papel de heredero directo de la Corona y tercero en la línea de sucesión, recibe directamente dos millones y medio de euros extra del patrimonio privado de Isabel II. Además, el hijo menor de Carlos de Inglaterra recibe cada año otros seis millones de los beneficios del ducado de Cornualles, el vasto conglomerado agropecuario y de tierras y empresas propiedad de su padre, el príncipe de Gales.
Por otra parte, el príncipe Harry recibió 40 millones de dólares al cumplir 25 años de edad como parte de la herencia que le dejó su madre, la princesa Diana.
La decisión de los duques de Sussex, aunque haya pillado por sorpresa a Buckingham, es el resultado de los propios intereses de la casa real en redimensionar el papel de sus miembros y centrar el foco en la primera línea, (Carlos de Inglaterra, el futuro rey, y su heredero Guillermo), y de la necesidad de Enrique y Meghan de tomar aire y escapar del papel de ovejas descarriadas y factor de inestabilidad en el que les había situado la prensa amarilla británica.
Acoso de la prensa amarillista
La llegada de la actriz estadounidense a la familia real fue acogida en un principio como un soplo de aire fresco en una institución anquilosada. Pero el entusiasmo duró poco, y los tabloides comenzaron de inmediato a convertirla en el objetivo de sus críticas.
Después de un viaje oficial por Sudáfrica de la pareja el año pasado, Enrique y Meghan cayeron en la irresistible tentación de airear a través de un documental televisivo sus sentimientos personales y sus frustraciones.
El experimento rebotó en su contra. Los medios pusieron en duda que el privilegio de acceder a una posición tan relevante le hubiera podido causar tamaño sufrimiento a la actriz. Su principal enemigo, el periodista y presentador televisivo Piers Morgan, ha sido incapaz de contenerse y mostrar un destello de elegancia al conocer la decisión.
“La gente dice que soy muy crítico con Meghan, pero abandonó a su familia, abandonó a su padre, abandonó a la mayoría de sus viejos amigos, logró separar a Enrique y Guillermo y ahora ha separado a su marido de la familia real. No tengo nada más que añadir”, escribió Morgan en su cuenta de la red social Twitter.
En los últimos años, los duques de Sussex no han dejado de realizar gestos de separación de las costumbres y protocolos de Buckingham. Detalles que en una familia normal no tendrían la mayor relevancia, pero que en The Firm (La Empresa, como se conoce habitualmente a la familia real) adquieren la categoría de ofensa.
Escaparse de la visita tradicional del verano, junto al resto de miembros de la casa de los Windsor, a la residencia escocesa de Balmoral donde Isabel II pasa gran parte del año. Retrasar la presentación en sociedad de su hijo Archie después del parto (el rostro de agotamiento de Lady Di o de Kate Middleton a las puertas del hospital justificaría sobradamente esa decisión) o renunciar a su residencia en el palacio londinense de Kensington, que compartían con los duques de Cambridge, para irse a vivir al campo.
Pero, sobre todo, ha sido la comparación constante de Markle con Middleton (la valoración de una, bajo el prisma de los medios, solo podía realizarse en detrimento de la otra) la que ha vuelto insoportable la convivencia. Y la que ha colocado en dos bandos irreconciliables a los columnistas británicos.
Donde la prensa conservadora veía rasgos de frivolidad y formas caprichosas y plebeyas, los medios de izquierdas atisbaban un tufo racista y clasista de un establishment al que las causas sociales, medioambientales o incluso feministas que defendía la recién llegada se les volvían insoportables. Y donde hubo claros excesos de mal gusto, como los meses que dedicaron a criticar lo mucho que tardaba la exactriz en quitarse los kilos extra del embarazo.
En cambio, el ‘Daily Mail’, citando a fuentes internas de la realeza británica, informa de que Buckingham Palace está "decepcionado" con la decisión de Meghan y Harry y por no habérselo comunicado a la Reina antes de anunciarlo públicamente.
Han sido seis, casi siete semanas en Canadá que marcarán el futuro próximo y a largo plazo del príncipe Enrique y Meghan Markle. Los duques de Sussex reaparecieron este miércoles en un acto en la Canada House de Londres para agradecerle a sus anfitriones el trato recibido durante este mes y medio en su país, pero hay quienes especulan con que todo pueda suponer además el primer paso para un traslado definitivo si es que llegan a renunciar a todos sus títulos para vivir alejados de la vida pública.
La casa real británica, por el momento, niega que exista un alejamiento, e incluso hablan de que no es más que especulación, pero ni la reina les citó en ningún momento durante su discurso de Navidad ni aparecieron en las fotografías familiares. El hecho de que no quisieran pasar las festividades con el resto de la realeza, asegurando que necesitaban un tiempo para ellos mismos, no ha sentado nada bien en el Palacio de Buckingham.
Canadá pertenece a la Comunidad de Naciones
La conexión que han sentido Meghan y Enrique con Canadá, donde han podido disfrutar de intimidad y de un círculo social diferente al que están acostumbrados, parece haberles cautivado. Allí han estado visitando a Doria Ragland, la madre de ella, y la ex actriz le habría presentado al nieto de la reina a todos aquellos amigos que hizo durante los siete años en que estuvo allí grabando la serie ‘Suits’.
Los Sussex pasaron además sus Navidades junto al pequeño Archie, su primer hijo, en una mansión de ocho habitaciones valorada en 12 millones de euros propiedad de un misterioso multimillonario. La propiedad estaba ubicada en uno de los enclaves más exclusivos de la Isla de Vancouver, un lugar que Meghan describió a uno de los empleados de la Canada House como "muy hermoso". "Ver a nuestro hijo exclamar ‘Aaaahhh’ cuando caminamos junto a él y de verdad sentir lo precioso que era todo ha significado mucho para nosotros", reconocía ella. Enrique, por su parte, admitió que lo habían disfrutado mucho, pero tampoco dudó en quejarse de que "llovía todo el tiempo".
Por el momento desde la institución se intenta aparentar normalidad, asegurando que tienen planeados muchos más eventos para ellos durante lo que queda de mes, pero lo cierto es que en la agenda oficial no aparece nada confirmado y en su oficina de prensa tampoco pueden dar más información.
Un amigo suyo ha confirmado al ‘Daily Mail’ que ambos se encuentran dentro de un "proceso importante" en el que se incluyen muchos cambios en su situación actual. "Eso podría incluir desde llevar a cabo su trabajo desde Canadá hasta abandonar todos sus títulos, algo que a lo que espero que no lleguen", explica la fuente al tabloide con el que la pareja tiene abierta una disputa en los tribunales.
El impacto de la noticia
La noticia es impactante pese a que los rumores indicaban desde hace tiempo que la relación con la Reina no es la mejor, a diferencia de la que la monarca mantiene con el Príncipe Guillermo y su esposa Catalina. Incluso, es de conocimiento público que ambos hermanos están distanciados.
Dicen que en Reino Unido no se mueve una hoja sin que Isabel II lo sepa. Y tras el comunicado, es evidente que la ausencia de una fotografía de los Duques de Sussex entre las que acompañaron el discurso de Navidad de la Reina, el pasado diciembre, no solo era una señal de que las cosas iban mal entre ellos, sino un claro mensaje previo a esta renuncia.
Sin embargo, tras el anuncio de los Sussex, desde Buckingham Palace se emitió otro comunicado donde se dice que no todo está hablado: «Entendemos su deseo de llevar su propio camino, pero esos asuntos son complicados, por lo que llevarán su tiempo. Las conversaciones con el Duque y la Duquesa de Sussex están en una fase temprana».
Meghan, además, ha sufrido el acoso de los medios y de los haters en las redes sociales, que le han criticado desde su color de piel hasta su papel como madre. Por su parte, Harry ha dejado claro que ya sufrió la muerte de su propia madre, la Princesa Diana de Gales, por el acoso de la prensa y de los paparazi y que no va a permitir que suceda lo mismo con su familia.
Por ello, la noticia de este paso atrás no es una sorpresa, aunque nadie esperaba que llegaran tan lejos. Mientras, ellos anuncian que tendrán su propio portal de noticias, seguramente menos amarillista que la tradicional prensa británica.
(Con información de El País, ABC y El Mundo)