Tras muerte de estadounidense Estados Unidos bombardeó cinco bases de la milicia islamista Hezbolá anunció el Pentágono este domingo, dos días después de la muerte de un civil estadounidense en un ataque con cohetes contra una base militar del norte de Irak
El Político
Un dirigente de Hashd al Shaabi dijo que al menos 15 combatientes del grupo, incluidos comandantes, murieron en los bombardeos estadounidenses de este domingo, en el oeste de la provincia desértica de Al Anbar, que se extiende desde Bagdad hasta la frontera siria.
Quince combatientes, entre ellos comandantes, murieron la noche de este domingo en ataques aéreos de Estados Unidos contra bases de una facción armada proIrán en el oeste iraquí.
Además de los muertos hay otros combatientes heridos, señaló el dirigente de esta coalición de paramilitares que ahora forma parte de las fuerzas de seguridad de Bagdad en las que participan las brigadas del movimiento islamista Hezbolá iraquí.
Horas después de la ofensiva, cuatro cohetes cayeron cerca de una base que alberga a soldados estadounidense próxima a Bagdad, indicó un miembro de los servicios de seguridad iraquíes.
Los bombardeos golpearon bases y depósitos de armas de las brigadas de la milicia del Hezbolá iraquí en la frontera entre Irak y Siria, según el portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman.
El objetivo de Estados Unidos es “debilitar la capacidad” del grupo armado para perpetrar nuevos ataques contra las fuerzas de la coalición antiyihadista en esos países.
En los dos últimos meses hubo una escalada sin precedentes en los lanzamientos de cohetes contra los intereses estadounidenses en Irak, un país inmerso en una revuelta contra el poder.
Desde el 28 de octubre se produjeron 11 ataques contra bases militares iraquíes que acogen a soldados o diplomáticos estadounidense. Algunas de esas agresiones llegaron a alcanzar las inmediaciones de la embajada de Estados Unidos en la zona verde de Bagdad, una de las áreas más protegidas de la capital.
Ese ataque se distinguió de los demás por su intensidad: 36 cohetes golpearon la base K1 en Kirkuk, una zona petrolera al norte de Bagdad que el Kurdistán reclama como suya.
“Los tiros apuntaron precisamente a la zona donde se encontraban los estadounidenses, cerca de la sala de reunión”, indicó un alto mando iraquí.
El balance podría haber sido mucho más alto, ya que altos cargos de la policía iraquí y de la coalición internacional antiyihadista tenían previsto reunirse ahí.
Fuentes estadounidenses culparon de varios de esos ataques al Hezbolá iraquí, una milicia armada, entrenada y financiada por Irán.
El grupo actúa como una de las facciones proiraníes de Hashd al Shaabi, una coalición de paramilitares formada para luchar contra los yihadistas que está integrada ahora en las fuerzas de seguridad iraquíes, pero también de forma independiente, especialmente en Siria, donde apoya al régimen de Bashar al Asad,
El portavoz militar del primer ministro saliente, Adel Abdel Mahdi, denunció “una violación de la soberanía iraquí”.