Ocurre en Chiapas, donde inicia México y limita con Guatemala
El Político
Viajar solos o acompañados a través de distintos países no es el peor obstáculo que los niños migrantes de centro y Sudamérica tiene que vivir.
Del otro lado del río, en Chiapas, México, denuncian activistas, los esperan nuevos verdugos, que protegidos por el uniforme de policía los convierten en sus víctimas.
"Están incurriendo en la explotación sexual y acoso sexual", asegura Ramón Verdugo, director de la organización civil "Todo por ellos".
Advirtió que aunque no hay una cifra exacta, calculan que nueve de cada 10 menores de 18 años han sufrido alguna clase de violencia sexual: desde palabras obscenas, hasta tocamientos y violaciones.
"En la semana se presentó una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos de dos chicos que habían sido acosados por un comandante de la policía municipal", dice.
Pero la cifra negra, revela, va más allá de lo que cualquiera puede imaginar.
Los activistas que revelaron esta información aseguran que las autoridades no se enteran de estos delitos porque las víctimas no denuncian por temor a las represalias.
Verdugo confirmó que a los menores que no viajan acompañados los chantajean con deportarlos. Pero también, indica, manipulan a los padres para que les entreguen a sus hijos.
Temor a represalias
"Hay que tenerle miedo a las autoridades", advierte Verdugo.
Emerson Cruz ha viajado durante un mes al lado de cientos de migrantes y confirma lo que los defensores de este sector indican, ya que es común -dice- que cuando más vulnerables ven a los pequeños, los miembros de los grupos policiacos se aprovechan de ellos y después los abandonan.
"Quedan en la calle, desprotegidos, sin ningún dinero, no tienen a dónde acudir", afirma el migrante hondureño.
Hasta ahora solo nueve elementos de distintas corporaciones han sido encarcelados por este delito, pero no es nada comparado con el tamaño del problema.
Fuente: Telemundo 51