Dos modelos económicos muy diferentes marcaron la campaña para elegir un nuevo presidente en medio de la crisis, mientras la economía es uno de los conductores dominantes de la elección.
El Político
Al fallecido ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez se le atribuye la frase del "autosuicidio", utilizada para expresar la serie de acciones que los pueblos toman y termina destruyéndolos o al menos perjudicándolos.
Este domingo Argentina decide quién gobernará durante los próximos cuatro años pero sobre todo escogen dos maneras de ver la vida.
El centroizquierdista Alberto Fernández, favorito en los sondeos preelectorales, y el presidente liberal Mauricio Macri, que intenta una remontada de última hora, clausuraron este jueves sus campañas de cara a los comicios generales del próximo domingo en Argentina.
Para imponerse en primera vuelta, un candidato necesita más del 45% de los votos o más del 40% y una diferencia de 10 puntos con el segundo. Un eventual balotaje tendría lugar el 24 de noviembre.
Argentina atraviesa un momento difícil por cuenta de la economía. Solo en 2019 el país ha registrado una inflación del 54,4%, según datos del Fondo Monetario Internacional.
“El descontento generalizado por la situación económica se reflejó en las urnas y el Gobierno tomó nota de ello”, escribió la diputada nacional por Mendoza, Claudia Najul, en Télam. “Se tomaron medidas extraordinarias para que los más perjudicados por las crisis puedan transitar con mayor tranquilidad la última parte del año”.
De hecho, tras los resultados de las primarias, Macri reconoció que la votación había sido mala para su grupo y que las dificultades durante su Gobierno han generado “mucha angustia” y “mucha duda”.
“Escuchamos el voto de la gente, creemos en la democracia y el nivel de dificultades que hemos tenido en los últimos años ha llevado a que haya mucha angustia, mucha duda”, dijo Macri en un mensaje a sus seguidores.
“Duele que no hayamos tenido todo el apoyo que esperábamos, pero a partir de mañana seguiremos trabajando, haciéndonos responsables, todos somos más responsables para que este país salga adelante”, añadió.
inflación galopante
El país registró su mayor inflación del año en septiembre, cuando el índice de precios al consumidor creció un 5,9% y según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la inflación acumulada en los últimos 12 meses fue de 53,5%.
El FMI proyecta que Argentina sería este año el tercer país con mayor inflación, solo detrás de Venezuela y Zimbabwe.
También hay desempleo
El desempleo en el país pasó de 9,6 a 10,6% en el segundo trimestre de 2019, en relación a igual período de 2018, según cifras el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Se estima que hay 2.050.000 desocupados urbanos, unos 250.000 más que hace un año. En total, si se suma a la población rural, el desempleo afecta a más de 2,5 millones de personas. El INDEC además anunció que la desocupación pasó de 11,2 a 13,1%. Son otras 2.530.000 de personas que trabajan pocas horas aunque están dispuestas a trabajar más. En ese caso representan 420.000 más que un año atrás en todo el país.
La delicada situación económica argentina, marcada por la inflación anual, empeoró luego de la dura derrota del presidente Mauricio Macri en las primarias del 11 de agosto y la posterior devaluación del peso argentino, que desde entonces y en menos de un mes ya acumula una pérdida de más del 30 por ciento.
Sorteando caminos
Los argentinos se enorgullecen de su capacidad de adaptación para mitigar las recesiones que dejan cada vez más abajo a Argentina, un país que hace un siglo era una potencia internacional y hoy está en el puesto 27 según el PIB, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional.
El competitivo sector agropecuario se beneficia de la devaluación del peso porque puede aumentar sus exportaciones y obtener dólares. Gran parte de la industria argentina, por el contrario, tiembla cuando la economía se enfría porque no encuentra compradores fuera del país ni tampoco dentro.
El macrismo se impuso en Gobernador Crespo, un pueblo de la provincia de Santa Fe, que gira alrededor de la fábrica láctea de Tregar y casi no tiene desempleo
"Fondos buitre" y reinserción financiera
La deuda externa mantiene en vilo a Argentina desde 2001, cuando el Gobierno se declaró en cesación de pagos. Luego de una reestructura de la deuda en los años siguientes, queda ahora un resto de deuda con los "fondos buitre", que dificulta la reinserción financiera internacional del país. Ahora, el Gobierno de Mauricio Macri quiere negociar con esos fondos.
Empresarios argentinos se preparan para posible cambio político
Macri y su compañero de fórmula, el peronista de derecha Miguel Angel Pichetto, cerraron la campaña en Córdoba, la provincia donde en 2015 obtuvo el 72% de los votos e inclinó la balanza en el balotaje que lo llevó a la presidencia.
La crisis, un duro legado para el próximo gobierno argentino
El cierre de campaña del opositor Frente de Todos en la provincia de Tucumán (norte) se tornó violento cuando un grupo de presuntos militantes kirchneristas se enfrentó con piedras, palos y lucha cuerpo a cuerpo, en una verdadera batalla campal.
En el acto político habló el gobernador electo de Tucumán, Juan Manzur, y aunque todavía no hay precisiones sobre el saldo del enfrentamiento, el diario bonaerense Clarín reportó un número no precisado de heridos en la refriega.
Al comentar los sucesos, el diputado nacional tucumano, José Cano, compartió un video de los enfrentamientos y manifestó: "Así es la previa del acto de cierre de campaña del kirchnerismo en Tucumán. Este es el país que no queremos".
Fernández llega a estas elecciones como aglutinador de casi todo el amplio espectro peronista, y empujado también por la fuerte imagen de la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015), su compañera de fórmula como candidata a vicepresidenta.
Mientras, las aspiraciones de Macri a un segundo mandato se enfrentan a una recesión de más de un año y una inflación indomable, que acumula 37,7% hasta septiembre, con desempleo en alza (10,6%) y la pobreza que afecta a más de un tercio de los argentinos.
Tampoco lo favorecen el estricto programa de ajuste fiscal puesto en marcha tras el auxilio financiero de 57.000 millones de dólares que el gobierno obtuvo del Fondo Monetario Internacional (FMI) el año pasado en medio de una corrida cambiaria, que luego se repitió dos veces más, con una moneda que perdió el 70% de su valor desde enero de 2018.
La posibilidad de que retome un gobierno populista, de que vuelva a cerrar su economía, de que vuelvan a tomar medidas que compliquen un marco jurídico de inversiones en el mediano y largo plazo, asusta a quienes producen riqueza. Pero hubo un antes y un después de las relaciones argentinas con el mundo. Argentina volvió al mundo y el mundo volvió a la Argentina. Con la celebración del G-20 en nuestro país o el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur.
La república Argentina tiene problemas estructurales no resueltos desde hace décadas… Tenemos la inflación superior al 70 por ciento desde 1950 promedio, en cien años hemos tenido más de 70 con déficit fiscal.
El gobierno de Macri intentó corregirlo, tres años y medio no alcanzan para corregir estas variables y poner en funcionamiento el aparato productivo. Necesariamente requieren una corrección.
Arrastramos una pobreza estructural superior al 25 por ciento desde hace décadas. Son muchos problemas que se agravaron durante el kirchnerismo porque pese a tener ingreso de divisas de manera extraordinaria, lo desaprovecharon. Casi duplicaron el gasto público, y ese momento de crecimiento económico entre 2003 y 2007 no fue aprovechado para hacer estas correcciones, se excusa el diputado Luis Pietri, pero la gente tiene sembrado el populismo de Evita en el corazón.