Tras varios días frenéticos, ayer apareció la calma en la City de Londres y comenzó la búsqueda de oportunidades de compra entre los escombros del referéndum del 23 de junio en el que triunfó el Brexit (salida de Reino Unido de la UE).
"Esto no es un momento Lehman, el mercado no se va a derretir como en 2008″, asegura un banquero de la City. "Los precios han incorporado la fuerte incertidumbre política y económica que va a suponer el proceso de salida de la UE. Habrá volatilidad, pero las valoraciones ya se han ajustado bastante", opina.
Pero además de la intervención de los cazagangas, otro motivo para cierto optimismo en la City es la especulación sobre una marcha atrás al Brexit. Charles Bestad, socio del bufete Hogan Lovells, afirmó esta semana en una conferencia con clientes para debatir las consecuencias del referéndum que "la salida de la UE no es inevitable". Según Eric Lascelles, economista jefe de RBC Global Asset Management, "la probabilidad real de Brexit es de alrededor del 75%".
Hay dos vías principales para frenar el Brexit. La primera es que, incluso antes de realizar la notificación formal a Bruselas sobre el deseo de abandonar la UE, la persona que releve a David Cameron como primer ministro en otoño renuncie al Brexit y convoque unas elecciones para que los británicos ratifiquen su giro de 180 grados. La segunda, más probable, es que tras la negociación de salida con la UE haya otro referéndum para decidir si el futuro marco de relación con el resto de Europa es aceptable por los ciudadanos.
En todo caso, quedan años de incertidumbre. Y algunos ven díficil frenar el Brexit. "Esta opción ganó porque atrajo el voto protesta de una parte de la población. Desafíar su voluntad puede profundizar su enfado", advierte Holger Schmieding, de Berenberg Bank.
Con Información de: Expansión