Al primer ministro Boris Johnson, tras cinco derrotas seguidas, no le queda otra opción que impulsar la convocatoria de elecciones anticipadas para octubre, si se aprueba un nuevo retraso para el brexit.
El Político
El brexit, o salida del Reino Unido de la Comunidad Europea, ha resultado un problema de tan grandes dimensiones, que en su aplicación obligó a la renuncia de la Primera Ministra Theresa May, y tiene al sucesor Boris Johnson, llevado al poder por la mayoría conservadora del Parlamento, prácticamente al borde también de la dimisión o prepararse para un serio pleito con el Poder Legislativo.
El Poderoso Parlamento
Para comprender la fuerza del Parlamento británico es oportuno recordar que el Reino Unido es una Monarquía Constitucional, en la que la reina Isabel II ejerce de Jefe del Estado mientras que el Primer Ministro el Jefe de Gobierno, al cargo del ejecutivo.
La constitución británica no está escrita, es una Constitución ‘no codificada’. Consta de una acumulación de estatutos, decisiones judiciales, tratados internacionales y convenciones parlamentarias. El Parlamento, al aprobar una ley, puede estar cambiando la Constitución sin tener que pasar por un proceso específico, lo que se conoce como ‘soberanía parlamentaria’. Tampoco existe un tribunal constitucional como tal, el propio Parlamento y el Tribunal Supremo se encargan de repartirse esas funciones.
Johnson entrampado
El Reino tiene que abandonar la Unión Europea antes del 31 de octubre. De lo que se trata ahora es de saber quién lidera el proceso del Brexit. Johnson está convencido de abandonar el bloque ese día, incluso sin acuerdo.
Los parlamentarios que se oponían al Brexit sin acuerdo votaron para tomar el control de la agenda de la Cámara, algo que corresponde al gobierno.
El Primer Ministro suspende al Parlamento
La propuesta de Boris Johnson, de adelantar las elecciones no prosperó en el Parlamento británico. Johnson necesitaba 434 votos en la Cámara de los Comunes. El resultado fue de 293 que votaron por la moción contra 46, mientras que el resto de los legisladores no votaron.
La mayoría de parlamentarios votó a favor de una moción que les permite tomar el control de la agenda parlamentaria.
Planteamiento del Parlamento
La opinión de la mayoría es aprobar una ley que obligue a Johnson a solicitar a la UE un aplazamiento del Brexit hasta el 31 de enero a menos que los parlamentarios aprueben un nuevo acuerdo.
En el último acto del Parlamento, al filo de la medianoche y en medio de un ruidoso intercambio de improperios y abucheos ente los escaños del Gobierno y de la oposición, Boris Johnson anticipó que no pedirá una nueva extensión del Brexit y lanzó el guante a Jeremy Corbyn: "La ley de rendición ha sido aprobada, usted ha hecho todo lo posible por sabotear las negociaciones y ahora debe respaldar unas elecciones".
"No aprobaré la disolución del Parlamento mientras la opción del "no acuerdo" esté sobre la mesa", declaró Corbyn, en el momento de confirmar el voto en bloque de la oposición contra el último y desesperado intento de Johnson. Tras forzar la suspensión temporal de las sesiones de las Cámaras de los Comunes, autorizada por la reina Isabel II y ratificada como "legal" por los tribunales, el premier se enfrenta a un abanico cada vez más limitado de opciones en las cinco próximas semanas.
Johnson suspende el Parlamento
.El Primer Ministro aplicó “el cerrojazo” o suspensión del Parlamento por cinco semanas.La medida estuvo precedida por la dimisión de John Bercow, el carismático presidente de la Cámara de los Comunes, mundialmente famoso por sus llamadas al "orden", que alertó del riesgo de una "degradación" del Parlamento en medio del caos del Brexit.
"Estamos ante una decisión vergonzosa", denunció el líder de la oposición Jeremy Corbyn, que forzó un debate de urgencia y acusó al primer ministro de "salir corriendo" para evitar el control parlamentario.
La controvertida decisión de Johnson, usando el mismo y arcaico recurso del rey Carlos I para sortear a sus opositores en 1628, forma parte de su estrategia para eliminar nuevos escollos parlamentarios antes del 31 de octubre. La oposición en bloque forzó sin embargo in extremis la entrada en vigor de la ley para vetar el Brexit sin acuerdo, que obliga a Johnson a pedir una nueva extensión de tres meses si el 19 de octubre no ha llegado a un compromiso con Bruselas.
Se podrá aprobar o no la extensión para la aplicación del Breixit, habrá otros debates candente, dimitirá o no Boris Johnson como primer ministro siguiendo el ejemplo de antecesora Theresa May. Son cosas por verse, pero lo único cierto es que la democracia británica sigue mostrando su vigencia.
La UE abre una opción
En cuanto al actual negociador europeo para el "brexit", Michel Barnier, Ursula Von der Leyen aseguró que debatirá con él una "prolongación" de su tarea porque valora su experiencia pasada en las negociaciones, aunque señaló que todo dependerá de la certidumbre sobre el proceso que haya el 1 de noviembre, el día después de la salida prevista del Reino Unido.