El debate sobre la prohibición de las armas letales autónomas se está estancando en el seno de la ONU, en Ginebra, pese a que un grupo de estados quiere evitarlo, según difundió DW
El Político
La consideración del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, es la siguiente: las armas autónomas son "políticamente inaceptables y moralmente repugnantes" y deberían estar prohibidas por el derecho internacional. "Consideren las consecuencias si un sistema de armas letales autónomas pudiera seleccionar y atacar como objetivo a personas de forma independiente".
El representante de la ONU apela a la comunidad internacional. Sus representantes se están asesorando actualmente en Ginebra sobre la prohibición de los llamados "robots asesinos”. Pero aún no hay acuerdo a la vista.
Militarización de la inteligencia artificial
El secretario de la ONU insiste en que muchos ejércitos de todo el mundo ya están probando armas que combinan inteligencia artificial y robótica en una tecnología potencialmente mortal. Si las máquinas luchan independientemente en el campo de batalla, pueden salvar vidas humanas. Esta es la lógica militar. Las máquinas no se cansan y son menos susceptibles a cometer errores, argumentan los defensores. Incluso podría tener ventajas: se evitaría el daño a las instalaciones civiles.
Alteración de derecho internacional
Sin embargo, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), establece que las armas autónomas eligen sus propios objetivos y los combaten de forma independiente. Ningún soldado, al final, presionaría el gatillo o el botón de disparo. Ya hay misiles guiados que esperan en el aire hasta que su objetivo esté en una posición favorable y luego lo atacan por su cuenta.
Lo cierto es que durante cinco años se ha debatido en la ONU, en Ginebra, cómo se puede garantizar esto, en el marco de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCW). En 1995, logró prohibir el uso de armas láser cegadoras antes de que se utilizaran en guerras. Un resultado similar esperan también los detractores de las armas autónomas, pero las negociaciones van lentas.
Rusia, Estados Unidos e Israel, los pioneros en el ámbito de los sistemas de armas autónomas, son quienes rechazan una prohibición vinculante en virtud del derecho internacional. Estos pesos pesados militares se enfrentan a un grupo de 28 estados más pequeños, que sí exigen una prohibición vinculante, incluido Austria como único país de la UE. Estos cuentan con un fuerte y constante apoyo de la sociedad civil.
Unas 113 organizaciones no gubernamentales de más de 50 países apoyan la "Campaña para detener los robots asesinos”. El Parlamento Europeo, muchos científicos y 21 ganadores del Premio Nobel de la Paz también comparten esta postura.
Una de las posiciones más interesantes es la de Alemania. Este país no se ha decantado por ninguna de las partes, aunque la coalición de gobierno alemán se pronunció en su momento al respecto: "Rechazamos los sistemas de armas autónomas que están fuera del control humano y queremos prohibirlos en todo el mundo". Sin embargo, la delegación alemana considera que una prohibición vinculante a efectos del derecho internacional es actualmente inviable.
Es de hacer notar que la resistencia de EE. UU. y Rusia, por ejemplo, es demasiado fuerte y, por lo tanto, el riesgo de que las negociaciones fracasen por completo es alto. Lo que el gobierno alemán no menciona es que también tiene interés en futuros sistemas de armas con características autónomas para equipar el avión de combate franco-alemán "FCAS" con drones y satélites.
La probabilidad de que las conversaciones fracasen es muy alta. En la actualidad la propuesta está sobre la mesa para negociar dos años más. Hasta entonces, se debe alcanzar un "marco normativo". Esto está muy lejos de la prohibición vinculante que exige una parte de la comunidad internacional.
Con información de: DW