El campamento improvisado a unos pasos de la frontera con Estados Unidos, está compuesto por una decena de casas de campaña que acogen a unas 150 personas, incluyendo una decena de niños y dos embarazadas.
El Político
Centroamericanos, haitianos, cubanos y venezolanos se disputan la sombra de dos árboles en lo que antes fue un pequeño parque en territorio federal mexicano en la ciudad de Matamoros. Se alimentan gracias a la caridad de iglesias y ONG. Se bañan y lavan su ropa en el río que sirve de frontera a ambos países. Usan cinco sanitarios portátiles o la ribera del Bravo para aliviar sus necesidades fisiológicas.
En una vidriera hay carteles pegados con los nombres de miles de migrantes que esperan su turno para pedir asilo del lado norteamericano. La inmensa mayoría son cubanos, seguidos por venezolanos y nicaragüenses. Muchos centroamericanos creen no tener oportunidad de asilo y prefieren cruzar el río a nado.
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