Estados Unidos y Rusia culminaron el Tratado INF -que eliminaba los misiles de corto y medio alcance- este acuerdo suprimía una amenaza para estas naciones y beneficiaba a sus aliados en Europa, ahora expertos se preguntan si con el fin de este pacto, comenzará una nueva carrera armamentista entre ambos países.
El Político
El convenio INF -que existía desde 1987- a través del cual Estados Unidos y Rusia tenían prohibido desarrollar misiles terrestres y cohetes de crucero, dotarlos con ojivas nucleares y prepararlos para su lanzamiento ha finalizado.
Este hecho preocupa a Europa porque es otro hecho que atenta contra la seguridad mundial, además que este tratado se creó pensando -justamente- en este continente, aseveró el corresponsal europeo de Deutsche Welle, Bernd Riegert. destacó dw.com.
El Tratado para la Eliminación de Misiles de Corto y Mediano Alcance (INF), fue un acuerdo entre los Estados Unidos y la extinta Unión Soviética, firmado en Washington en 1987 entre el entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, y el secretario general del partido comunista de la URSS, Mijaíl Gorbachov, a través del mismo suprimieron una categoría completa de armas bélicas.
Cuando el Tratado INF fue una realidad, desapareció una amenaza innecesaria y costosa en el mundo, además los países europeos también salían favorecidos porque no serían un campo de batalla.
Pero durante esos treinta y dos años la política de disuasión nuclear mutua se mantuvo. Es decir el primero en disparar fallecería de segundo.
A finales de la década de los ochenta, Estados Unidos y la Unión Soviética tenían más de doce mil ojivas nucleares, en la actualidad cada país tiene mil seiscientas.
Significado del fin del INF
La culminación del Tratado para la Eliminación de Misiles de Corto y Mediano Alcance (INF) significa que se perdió -definitivamente- la confianza entre Estados Unidos y la OTAN, por un lado, y la Federación Rusa, por otro, destaca Riegert.
A partir de 2008, Rusia es cada vez más agresiva con diferentes países de la región, estuvo en guerra contra Georgia, tuvo un conflicto en el este de Ucrania, ocupó a Crimea, colaboró con el régimen de Bashar al Assad en Siria, ha realizado provocaciones en la frontera oriental de la OTAN, todas estas situaciones son percibidas por Occidente como serias amenazas a la paz.
Luego desde el 2014 el mundo ha observado como Rusia se está armando nuevamente, esta vez con nuevos misiles de crucero, este evento ocurrió antes que Donald Trump fuese presidente de Estados Unidos, de hecho este suceso puede justificar la salida de Washington del Tratado INF.
También hay que acotar que ese acuerdo estaba desactualizado, ya que no contemplaba a China, país que ahora tienen misiles terrestres de mediano alcance. Tampoco incluía directrices para los nuevos sistemas de defensa antimisiles que se encuentra en zonas de influencia de la OTAN -a pesar de las protestas de Rusia- con la finalidad de repeler eventuales ataques de Irán y Corea del Norte.
Pero a pesar de estas situaciones, Estados Unidos, la OTAN y Rusia no debieron eliminar el tratado, sino modernizarlo e incluir a otros países, como China, a suscribirlo. También podrían haber considerado nuevos tipos de armas utilizando Internet.
Para Riegert este escenario traería como consecuencia inmediata una nueva carrera armamentista. Estados Unidos ya anunció que pondría a prueba nuevos misiles de crucero.Y Rusia afirmó que enfrentaría nuevos desafíos.
Control armamentista estratégico
El corresponsal europeo de Deutsche Welle, aseveró que espera que las dos grandes potencias nucleares puedan al menos rescatar su tratado para minimizar el desarrollo de armas intercontinentales –el nuevo START–, cuyo objetivo es disminuir el número de armas atómicas que estas naciones tienen para destruirse mutuamente.
De renegociar el pacto Estados Unidos y Rusia deben incluir a otras potencias nucleares como son Pakistán, India, Israel, Corea del Norte e Irán, asevera Riegert.
Pero también es difícil que exista un convenio en estos momentos cuando existen tantas tensiones, y hay mucha desconfianza entre el presidente estadounidense Donald Trump y el primer mandatario ruso, Vladimir Putin.
Destaca Riegert que a pesar de la importancia que tiene el control armamentista, el camino para conseguirlo no se ve claramente.