Tras la revolución liderada por Fidel Castro en 1959, los cubanos que huían de la isla gozaron durante décadas de privilegios de inmigración que incluían un camino casi asegurado a la residencia permanente tan pronto pisaban territorio estadounidense.
El Político
No obstante, la cancelación de esa política poco antes de que Barack Obama dejara el poder en enero de 2017 y el cierre del consulado han limitado la inmigración legal de los cubanos.
El programa Cuban Family Reunification Parole (CFRP) sigue vigente, pero no hay personal consular que procese los casos en la isla y las autoridades no han anunciado otro lugar para seguir los procesos.
Tampoco queda claro cuándo podrían regresar los diplomáticos. Los incidentes aún están siendo investigados y aunque hasta ahora no se han revelado las causas o los responsables, Estados Unidos los ha descrito como “ataques”.
Además, las duras políticas de Trump contra el gobierno cubano y la inmigración en general no dejan en claro si su gestión volvería a dar luz verde a esos programas.
La opción para solicitar refugio político también está suspendida y las visas de turismo cayeron de poco más de 16.000 en 2017 a casi 7.000 en 2018. El visado de cinco años con entradas múltiples para los cubanos fue reemplazado por una visa de hasta tres meses con una sola entrada, que debe ser solicitada en un tercer país.
“Todo parece un paquete de medidas para poner más presión” al gobierno cubano, consideró Jorge Duany, director del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de la Florida. “El daño colateral es que son rehenes los cubanos que están tratando de emigrar y no pueden hacerlo como lo hacían en el pasado”.
Aunque los cambios podrían satisfacer a partidarios de Trump que piden políticas de inmigración más duras, algunos expertos consideran que conllevan un riesgo político. La Florida, donde viven gran parte de los cubanos-estadounidenses, es crucial para ganar los comicios presidenciales de 2020.
El programa Cuban Family Reunification Parol permite que unos 20.000 cubanos puedan viajar cada año a Estados Unidos bajo un permiso especial conocido como parole, que se otorga más rápido que una visa de inmigración.
De acuerdo con el Servicio de Inmigración y Ciudadanía, unos 20.000 casos del CFRP han sido aprobados y están pendientes de procesamiento adicional en el extranjero. Otros miles no han podido ser procesados.
Otros afectados son los familiares de médicos cubanos que desertaron mientras se desempeñaban en una misión en un tercer país y llegaron como refugiados a Estados Unidos. Aunque ese programa terminó antes de que Obama dejara el poder en 2017, quedan casos pendientes que comenzaron a procesarse antes.
Hay unos 450 familiares de estos médicos que se acogieron al Cuban American Profesional Parole cuyos casos han sido aprobados pero aún no se han reunido en Estados Unidos, dijo un portavoz del servicio de Inmigración y Ciudadanía, conocido como USICS, que pidió mantener su nombre en el anonimato por la política de esa institución.
Fuente: Nación