“Hemos perdido alrededor de 50% de las especies, eran más de dos mil especies en plantan vivas. Hemos perdido mucho. El déficit inició en 2013, pero no estábamos tan críticos”, indicó la investigadora Yaroslavo Espinoza quientiene 20 años trabajando en el Jardín Botánico de Caracas, en Venezuela.
Apolinar Martínez/El Político
"La vida es una isla, las rocas son sus deseos, los árboles sus sueños y las flores su soledad". (Khalil Gibran)
Ante la indiferencia de los caraqueños, uno de los sitios más hermosos de la ciudad capital, se encuentra en estado agónico, por la dejadez, ignorancia e irresponsabilidad de los responsables de su mantenimiento, y hasta podría señalarse que de las autoridades y ciudadanía en general, desconocedoras del tesoro natural que allí se encuentra.
Un poco de historia
Los trabajos de reforestación y plantación de árboles exóticos en las 70 hectáreas que tiene Jardín, comenzaron en 1945, bajo la dirección del doctor Tobías Lasser, con la colaboración del horticultor suizo Augusto Braun y el jardinero venezolano Pedro Naspe. Así nació esa magnífica obra, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Desde el año 2000 está adscrita a la Universidad Central de Venezuela
En total abandono
Es Yaroslavi Espinoza, jefa del centro de investigación y desarrollo del Instituto Experimental Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela, quien reseña con angustia el panorama que allí se presencia
-“Es un conjunto de historia, conocimiento y educación en riesgo. Aquí hay muestras botánicas que datan de 1804, de investigaciones de Alejandro Humboldt y Aimé Bonpland. Más de 200 años de botánica en Venezuela en peligro de desaparecer”, expresó Espinoza.
En las instalaciones del Instituto Experimental Jardín Botánico Dr. Tobías Lasser, también se encuentran la Biblioteca Henri Pittier y el Herbario Nacional. Sin embargo, por la falta de cuidados adecuados, producto de la falta de insumos y agua, se ha perdido la mitad de las especies que había en el Jardín.
“Hemos perdido alrededor de 50% de las especies, eran más de dos mil especies en plantan vivas. Hemos perdido mucho. El déficit inició en 2013, pero no estábamos tan críticos”, indicó la investigadora, que tiene 20 años trabajando en en el lugar.
Al principio fueron las plagas que comenzaron a carcomer la vegetación. Luego la falta de materiales y la escasez de agua. Después vino una ola de robos en las instalaciones que terminaron por devastarlo.
Actualmente restan alrededor de 1500 especies en las 70 hectáreas de jardín, de las cuales solo 10 son de acceso al público. Y existe un grupo de especies que aún están en riesgo de perderse.
Espinoza indicó que estas especies son: la Victoria Amazónica (acuática), Palmas especie de Savales, arecas, syagrus, ninfas (acuática), orquídeas y bromelias.
“Todas tienen gran valor. Cada planta y cada especie tiene una historia. Muchas son de otros países que nos donaron o de intercambios; tenemos plantas de todos los continentes, cada especie para nosotros es valiosa”, manifestó.
Salvar al Jardín Botánico es una tarea de gran responsabilidad de esta generación para las generaciones por venir. No dejemos de cumplir con esa tarea histórica.