Pirelli anunció el viernes su salida de Venezuela y la entrega a un consorcio de su única fábrica de neumáticos en el país, en una decisión que la compañía global aseguró no tendrá ningún impacto financiero. Reuters
A fines de agosto, trabajadores de la unidad local fueron sorprendidos al encontrar cerrada con candados las puertas de la planta, ubicada en la ciudad central de Valencia, pero menos de una semana después voceros del sindicato anunciaron un acuerdo para la reapertura de la fábrica.
El viernes Pirelli informó en un comunicado que abandonaba sus operaciones en el país y entregaba sus operaciones a un consorcio de empresarios sudamericanos y la compañía Sommers International, sin ofrecer más detalles.
Sólo agregó que el acuerdo entre las partes incluía la continuidad laboral de los empleados, que totalizan al menos 600 trabajadores distribuidos en tres turnos, según dirigentes sindicales.
Esta decisión “sigue a la desconsolidación de la filial venezolana que tuvo lugar el 31 de diciembre de 2015 y no tiene efectos financieros en el grupo”, dijo la empresa.
Tras 28 años en el país, Pirelli no detalló exactamente las razones de su salida de Venezuela, sumergida en su quinto año de recesión y desde fines del 2017 sufriendo una persistente hiperinflación.
En años anteriores, otras multinacionales que operaban en Venezuela terminaron traspasando sus negocios venezolanos sin recibir pago alguno, agotadas de lidiar con la severa crisis económica y las fuertes regulaciones gubernamentales.