El recorrido empezó con cerca de mil centroamericanos, entre ellos cientos de chicos, que salieron de sus países en trenes o a pie, para escapar de la violencia y la pobreza.
El Político
Hace un mes, en el sur de México, se dio inicio a la caravana migrante, el cual enfureció al presidente Donald Trump. Ahora, en la frontera, están los ciudadanos tocando a la puerta de EEUU, además de pedir compasión al mandatario.
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Esta caravana, se viene realizando desde el 2010 para visibilizar el dramático recorrido de los centroamericanos por México, arrancó con más de 1.000 personas, pero se ha dispersado, algunos se han quedado en este país, otros viajan por su cuenta.
Por su parte el director de Pueblos sin Frontera y organizador de la caravana, Irineo Mujica, declaró a la AFP “Quedan agrupados unos 600 migrantes de la caravana original, de los cuales la mitad han iniciado el proceso migratorio para quedarse en México y los restantes 300 pedirán asilo en EEUU”.
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Sin embargo, ante dicha situación, Trump no se siente agradado y no quiere saber nada de migrantes, quien además en una reprimenda de tuits exigió a México que detuviera a la caravana, ordenó desplegar la Guardia Nacional en la frontera común y ha pretendido ligar el tema migratorio con la firma de un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Por parte del gobierno de México, claramente rechazó las presiones del mandatario de EEUU y se limitó a dar a los migrantes permisos de tránsito de hasta un mes para que escogieran si solicitaban refugio en este país, regresaban al suyo o seguían su marcha a Estados Unidos.
Con información : AFP