El Político.- Venezuela agobiada por la crisis más severa de la historia reciente, la dirige un hombre que pretende, a como de lugar, perpetuarse en la silla presidencial. La oposición tendrá menos de tres meses para organizar una estructura que le permita hacer frente a la maquinaria oficial. Este escollo es crucial. Las controvertidas elecciones de gobernadores del 15 de octubre pasado dejaron en evidencia que, en aquellas mesas en las que no hubo fiscales opositores, el chavismo hizo lo que quiso con los votos.
Esa es una de las muchas razones del fraudulento triunfo de Maduro en 18 de los 23 estados, a pesar de que el país atraviesa la peor crisis económica y social de su historia, y de que sólo lo apoya una minoría cada vez más reducida.
Claudio Fermín dice presente en las presidenciales… Con propuestas en mano https://t.co/C5MeWuLzZG #ElPolitico pic.twitter.com/3IdkTysddd
— El Político (@elpoliticonews) February 11, 2018
Es muy difícil competir cuando el árbitro electoral, que es el CNE, actúa como un agente del partido de gobierno. La desventaja se agiganta cuando el árbitro máximo, el Tribunal Supremo de Justicia, también se comporta como abogado defensor del oficialismo. Con esas armas a su favor, el chavismo pudo vetar en muchos estados a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la alianza opositora que lo había derrotado en los comicios parlamentarios de diciembre de 2015.
Una muestra de esta decepción es una encuentra realizada por la diputada, Delsa Solórzano, quien utilizó su cuenta de twitter para realizar una encuesta sobre la disposición de los electores para ir a ejercer su derecho al voto el próximo 22 de abril.
Su resultado realmente no sorprendió ya que la decepción y desconfianza del venezolano es tal que perdio el animo de participar en comisiones donde el chavismo tiene metidas "sus manos peludas".