Las fuerzas rebeldes sirias y las fieles al régimen de Bachar al Asad han recibido la llegada de importantes refuerzos para preparar la "gran batalla" por el control total de la ciudad de Alepo (norte), dijo hoy el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahmán.
El director de la ONG precisó que, por parte del régimen, han llegado 2.000 combatientes chiíes del grupo aliado libanés Hizbulá, de Irán y de Irak.
Estos refuerzos arribaron a los barrios occidentales de Alepo, controlados por el régimen, a través del camino de Castelo, recuperado por las fuerzas de Al Asad el pasado 17 de julio y situado en el noroeste de la urbe.
También el Ejército de Al Fatah (la conquista), una de las principales alianzas armadas islámicas de Siria, y el Partido Islámico del Turkestán enviaron a centenares de sus milicianos para reforzar sus fuerzas de cara al próximo inicio de la "gran batalla para liberar Alepo".
Por otro lado, al menos cinco personas murieron hoy por el impacto de un cohete en la periferia occidental de la urbe, informó el Observatorio en un comunicado.
Otras diez personas fallecieron por bombardeos de aviones militares, cuyo origen no especificó la ONG, contra zonas en Al Rachidin, en el oeste de Alepo.
Además, la aviación del régimen sirio efectuó en las últimas horas decenas de bombardeos contra los barrios de Alepo que están en manos de los rebeldes, en la parte oriental, en respuesta a la ruptura del bloqueo y al avance opositor en el sur.
La ciudad de Alepo se la disputan las fuerzas de Damasco y los rebeldes desde el verano de 2012, cuando los insurgentes conquistaron amplias áreas de la urbe, la segunda de Siria y una de las más castigadas por el conflicto.
Con información de EFE