La cumbre de los países del G20 se celebrará el viernes y el sábado en Hamburgo (Alemania) bajo alta tensión por los desacuerdos con el presidente estadounidense Donald Trump y la promesa de los manifestantes de convertir la ciudad "en un infierno".
Las divergencias van desde la lucha contra el cambio climático hasta al proteccionismo, pasando por las tensiones entre Estados Unidos-China y Alemania-Turquía, a las que se suman el primer y esperado encuentro entre Trump y el presidente ruso Vladimir Putin.
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"Vamos a tener toda una serie de cuestiones espinosas", reconoció esta semana Angela Merkel. La cumbre reúne a veinte economías industrializadas y emergentes y se celebrará en Hamburgo, la ciudad natal de la canciller alemana.
Desde la llegada de Trump a la presidencia, Estados Unidos va a contracorriente de muchas de las posiciones de consenso hasta ahora dentro de este foro, como demuestra su defensa del proteccionismo o su firmeza en cuestiones migratorias.
El martes Trump se entrevistó por teléfono con Merkel y prometió ayudar "a convertir esta cumbre en un éxito", según indicó la Casa Blanca.
Sin embargo sólo parece haber una clara sintonía en la cuestión de la lucha contra el terrorismo mientras en otras cuestiones, como el clima, el desacuerdo es flagrante.
Alemania llevaba meses preparando un "plan de acción" para poner en marcha el acuerdo de París de 2015 para limitar el calentamiento global. Pero la decisión de Estados Unidos de abandonar ese pacto histórico podría convertirlo en papel mojado.
"Conocemos las posiciones del gobierno estadounidense y no creo que vayan a desaparecer", reconoció la canciller alemana.
"El peligro es que la cumbre termine con una polarización entre Estados Unidos y el resto del mundo", advierten por su parte los analistas de la consultora Oxford Economics.
Comercio y tensiones geopolíticas
En el ámbito comercial, Estados Unidos ha lanzado amenazas de sanciones aduaneras contra China, en particular en el acero, y contra Alemania, en el sector del automóvil, denunciando exportaciones que considera excesivas.
Washington también apuesta por reducir la ayuda pública al desarrollo y dejarla en manos de instituciones privadas.
La cumbre también estará marcada por conflictos como la guerra en Siria o las tensiones en Corea del Norte, en el Golfo o en el mar de China.
Uno de los momentos más esperados es el primer encuentro entre Donald Trump y Vladimir Putin. Washington asegura querer relaciones "constructivas" con Moscú pero atraviesan su peor momento por la crisis en Ucrania, las tensiones en Siria y las acusaciones de la influencia rusa en el entorno de Trump.
Los tres países latinoamericanos del G20 (Argentina, Brasil y México) también llegan a la cumbre en momentos complejos.
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto se reunirá con Trump para abordar, entre otros temas, la delicada renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o la cuestión migratoria.
Por su parte Brasil está inmerso en una crisis política con su presidente, Michel Temer, acosado por escándalos de corrupción, y que finalmente decidió asistir a la cumbre.
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El presidente de Argentina, Mauricio Macri, cuyo país asumirá la presidencia del G20 el año que viene, también estará Hamburgo, donde se reunirá con la primera ministra británica Theresa May y su homólogo francés Emmanuel Macron.
La cumbre también está bajo la amenaza de grandes manifestaciones anti-G20. Los organizadores esperan cerca de 100.000 manifestantes en los próximos días mientras la policía evalúa en 7.000 u 8.000 el número de extremistas de izquierda que podrían provocar incidentes, en una ciudad conocida por su tradición contestataria.
La policía movilizó a más de 20.000 agentes y teme en particular la manifestación del jueves encabezada por el lema "Welcome to Hell" ("Bienvenidos al infierno").
AFP