Ecuador creó este lunes un frente nacional de lucha contra la corrupción en medio de una indagación por la entrega de millonarios sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a funcionarios ecuatorianos, algunos de ellos con fuero de corte.
"No vamos a permitir que ningún acto de corrupción quede en la impunidad. Con este frente queremos instaurar un ente legítimo y necesario en el que el gobierno y la sociedad civil unan sus fuerzas para construir un país más honesto, más transparente", dijo el presidente Lenín Moreno al posesionar a los integrantes del equipo.
El Frente de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción está integrado por nueve personas, incluidas la ministra de Justicia Rosanna Alvarado, la canciller María Fernanda Espinosa, y el secretario de Planificación Andrés Mideros. Los demás integrantes son Xavier Zavala Egas, Pablo Dávila, Carlos Rabascall, Tatiana Hidrobo, Pablo Vanegas y Larissa Marangoni, en representación de la sociedad civil.
El mandatario advirtió que la "lucha será implacable" para combatir la corrupción, como la ocurrida con la firma Odebrecht a la cual la justicia ecuatoriana investiga a raíz la revelación del Departamento de Justicia de Estados Unidos en diciembre pasado de que Odebrecht pagó entre 2007 y 2016 unos 33,5 millones de dólares a funcionarios ecuatorianos.
El caso deja hasta el momento ocho detenidos, entre ellos un tío del reelegido vicepresidente Jorge Glas. Además ha sido involucrado el contralor general del Estado, Carlos Pólit, a quien el Congreso plantea iniciar un juicio político.
"Les pido que observen con lupa los casos en los que existan sospechas de corrupción, actúen completamente sin presiones, con apego a la ley", pidió Moreno al Frente de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción.
El gobernante, quien al asumir el cargo aseguró que hará una "cirugía mayor" a la corrupción, también solicitó cooperación a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En ese contexto, la canciller se reunirá este miércoles con el secretario general del organismo, Antonio Guterres, en Nueva York.
AFP