«Marruecos es, por muchos motivos, una prioridad para la política exterior española». Así comienza un estudio elaborado por el Real Instituto Elcano del pasado octubre. Y lo recordó ayer el monarca Mohamed VI durante la fiesta del trono que se celebra cada 30 de julio, evocando los 17 años que lleva al frente del país vecino. El pueblo marroquí, afirmó, «se abrirá para reforzar la asociación estratégica con nuestros aliados que son Francia y España». Y puso como ejemplo ambos países para no dejar de trabajar y profundizar sus relaciones.
También ayer, en Tetuán, el rey distinguió con una de las condecoraciones más importantes del país, al ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, defensor durante su mandato de una política de apaciguamiento hacia Marruecos después de los enfrentamientos en la etapa de José María Aznar, que incluyeron unaoperación militar para desalojar el islote de Perejil.
Ya lo dijo el embajador de España en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner Rodríguez, en una intervención en el Foro Mediterráneo contra el cambio climático en Tánger. La cooperación y los retos a los que se enfrenta el reino alauí «cuentan con el pleno respaldo de España ya que siempre estará a su lado», aseguró.
Unas relaciones bilaterales que pasan por su mejor momento y que quedaron demostradas después de la primera visita a Marruecos del Rey Felipe VI. Una buena vecindad y respeto entre los pueblos, así como una alianza estratégica es lo que buscaban para consolidar esta amistad.
La Estrategia de Acción Exterior publicada en octubre de 2014 por el Ministerio de Exteriores español ve al país del sur como «un socio imprescindible». Con el objetivo de apaciguar algunas discrepancias que han ocurrido en ambas orillas del Mediterráneo, fija «seguir tejiendo una densa malla de relación e intereses cruzados».
Hay que remontarse a 2007, durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero y conMiguel Ángel Moratinos como ministro de Exteriores, para recordar un conflicto que alteró brevemente -duró apenas tres meses- estas relaciones. Se trataba nuevamente de la cuestión de la autoridad de los dos enclaves españoles de Ceutay Melilla.
El Ministerio de Exteriores y Cooperación de Marruecos anunció en una nota que retiraba a su embajador en España «por un periodo indeterminado» como consecuencia de «el anuncio oficial de la lamentable visita» del Rey Juan Carlos I«a las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla». Sin embargo, al comienzo de 2008, Zapatero entregó una misiva al monarca alauí para acabar con esta disputa. Pocos días después, el embajador marroquí volvió a Madrid.
La soberanía del Sáhara Occidental
Otra cuestión que trae de cabeza a Marruecos y en la que España está involucrada es la soberanía del Sáhara Occidental. Este territorio administrado por Marruecos -aunque el secretario general de la ONU Ban Ki-moon clamara durante una visita a los campamentos de Tinduf de que se trata de una «ocupación»- está siendo el gran olvidado de nuestro país, desde que lo abandonase en 1976 tras la presión de la Marcha Verde promovida por Hassan II.
A esto se tiene que sumar el conflicto por la industria pesquera entre la Unión Europea (UE) y la monarquía vecina. El acuerdo bilateral está en activo, aunque el escrito que incluía al Sáhara fue anulado por el Tribunal de Justicia europea. Rabatdecidió suspender toda relación con la UE, pero los países de la Unión se pusieron manos a la obra y presentaron un recurso como partes recurrentes, entre los que se incluía España, para apoyar el recurso contra la sentencia. Un asunto que no ha sentado nada bien al cuerpo político del Frente Polisario, el movimiento soberanista del Sáhara Occidental.
Incluso, hace una semana escasa el brazo mediático de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) publicaba un texto titulado: 26-J: todos han perdido, menos Marruecos, donde hacían un análisis sobre el resultado de Unidos Podemos en los pasados comicios y cómo esto podría afectar a la cuestión saharaui.
«Parte de ese regreso de la política a la relación bilateral se debe a que los intereses o preferencias compartidas se extienden ahora mucho más allá de la economía, y afectan a cuestiones de seguridad», explica el informe de Elcano. Bien es cierto que la colaboración entre los servicios de Inteligencia de ambos países han desarticulado células terroristas y detenido a personas que difundían propaganda yihadista y preparaban atentados. Grandes diferencias entre los regímenes políticos de los países ubicados a ambos lados del Estrecho de Gibraltar. España busca que Marruecos sea moderna y estable para seguir consolidándose como su primer socio comercial, Y por otra parte, Marruecos ya es el segundo socio de España, por detrás de EEUU, fuera de la UE.
Aunque las relaciones políticas estén fortalecidas, aún queda mucho por hacer en el plano humano donde unas vallas en los enclaves siguen siendo un punto negro en Europa. Esta «etapa dulce parece ser el resultado de que no se aborden aspectos de fondo que han enturbiado la relación en el pasado y que, con bastante probabilidad, podrían volver a hacerlo en el futuro», zanja el informe del centro de pensamiento español.
Con información de El Mundo