La represión del movimiento de una inhabitual magnitud que desafía desde hace varias semanas al presidente de Bielorrusia Alexander Lukashenko se endureció el sábado con la detención de centenares de manifestantes en Minsk en una nueva jornada de movilización de la oposición.
Las fuerzas del orden detuvieron a varias decenas de personas, golpeando a algunas de ellas, cuando trataban de congregarse en una plaza de la capital de la república exsoviética, sometida a una fuerte vigilancia policial, constató una periodista de la AFP.
Al impedírseles llegar al lugar de reunión, un millar de personas marcharon en dirección al centro de la ciudad al grito de "¡Vergüenza!", antes de ser dispersadas y, muchas de ellas, arrestadas por la policía.
A lo largo de la jornada se han producido "cerca de 1.000″ detenciones, declaró a la AFP el director de la oenegé de defensa de los derechos humanos Viasna, Ales Beliatski.
Esta organización, que hace recuento de los arrestos y las manifestaciones de protesta de las últimas semanas en el país, fue registrada el sábado por la mañana y "hubo 57 detenidos, incluidos observadores internacionales", según la misma oenegé.
El presidente Lukashenko, que dirige Bielorrusia con mano de hierro desde hace 23 años, se enfrenta desde hace un tiempo a un movimiento de contestación sin precedente, motivado por la aprobación de un impuesto a los desempleados.
Tras mostrarse abierto al compromiso, subió el tono esta semana denunciando la preparación de "provocaciones armadas" desde el extranjero. En los días precedentes a la manifestación del sábado, prohibida por las autoridades, se han producido decenas de detenciones, acabando con la distensión reinante desde hacía un año y medio en un contexto de acercamiento a los países occidentales.
AFP