Dos hombres armados con cuchillos ingresaron hoy a una iglesia próxima a Ruán, Normandía, tomaron rehenes y degollaron al cura, en un hecho que fue calificado por el presidente francés, Francois Hollande, como obra de "terroristas que reivindicaron pertenecer al Estado Islámico".
El ataque, que sacudió a Francia a once días del atentado de Niza que cobró más de 80 vidas, se inició esta mañana cuando dos hombres irrumpieron en la iglesia de Saint Etiennedu Rouvray por la puerta trasera, degollaron al cura e hirieron a tres personas más (una está "entre la vida y la muerte", según fuentes oficiales), antes de ser abatidos por la policía al salir.
Los dos hombres ingresaron al lugar entre las 9.00 y 9.30 hora local (4.00 a 4.30 en Argentina), y fueron reducidos y muertos alrededor de las 10.45 al salir del edificio, informó la prensa francesa.
Los dos atacantes secuestraron al cura junto a dos religiosas y a dos fieles cuando se celebraba una misa matinal.
El asesinado era el padre Jacques Hamel, de 84 años, y según un comunicado del arzobispado local había tres feligreses heridos, uno grave. Fuentes cercanas a la investigación informaron al diario parisino Le Figaro que el religioso había sido degollado.
Posteriormente, el portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet, dijo que uno de los heridos estaba "entre la vida y la muerte". Fuentes policiales señalaron que podría tratarse de una monja.
El presidente de Francia, Francois Hollande, se dirigió a la localidad de inmediato, acompañado de su ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, hoy bajo ataque de un sector de derecha que lo acusa de no haber brindado protección adecuada a los participantes de la fiesta del 14 de julio en Niza que terminó con un atentado el 15 y costó más de 80 vidas.
Durante el trayecto, Hollande se comunicó telefónicamente con el presidente de laConferencia Episcopal de Francia para conocer los detalles del suceso.
Desde el sitio mismo de los hechos, posteriormente, declaró que el degollamiento de un cura es un "innoble atentado terrorista".
Mientras el Estado Islámico (EI) reivindicaba el atentado, Hollande declaró que "debemos llevar adelante la guerra contra el EI por todos los medios".
El ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Marc Ayrault, pidió a los franceses a mantenerse "unidos" frente a la toma de rehenes y el asesinato de Hamel, "un acto de barbarie que se suma a otros actos de barbarie".
"En estas circunstancias no hay más que un mensaje: mantengámonos unidos", declaró Ayrault en una rueda de prensa frente a la prefectura del departamento de Indre-et-Loire, donde estaba pasando sus vacaciones, que cortó de inmediato para volver a París.
El canciller francés agregó que en la raíz de este atentado, el de Niza y los de Alemania, están los que "quieren dividir nuestras sociedades, nuestras democracias, nuestra convivencia de creyentes y no creyentes, de católicos y musulmanes, laicos y religiosos".
La sección antiterrorista de la Fiscalía de París asumió la investigación de la toma de rehenes y encomendó a la Subdirección Antiterrorista (SDAT) y a la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI) las tareas de investigación de lo sucedido, señaló en un comunicado.
Una tercera religiosa que pudo huir dio la voz de alarma a las autoridades, que rodearon el templo con agentes del cuerpo de elite de la Brigada de Investigación e Intervención (BRI) de la Policía, los cuales abatieron a los secuestradores cuando estos salían de la iglesia en circunstancias que aún no han sido aclaradas.
Según la emisora pública "France Info", la monja que logró huir habría dicho a la policía que los hombres profirieron proclamas islamistas al entrar en la iglesia.
Los servicios de artificieros tratan en estos momentos de descubrir si puede haber explosivos ocultos en la iglesia, a la cual todavía no se puede acceder, detalló el portavoz de Interior.El primer ministro, Manuel Valls, expresó en una primera reacción a través de Twitter su "horror" frente al "bárbaro ataque en la iglesia, que "hiere a todos los franceses".
Con información de El Día