El juego se llama ciclo migratorio exprés: salir de Panamá cada seis meses por tierra a la vecina Costa Rica, permanecer 72 horas en territorio costarricense, regresar a suelo panameño para volverse a ganar otros 180 días de permanencia y seguir viviendo y trabajando en ese país de forma ilegal.
Pero el juego se acabó. En su escape del conflicto político, social y económico que sacude a Venezuela, los venezolanos quedaron atrapados en los flujos de migrantes irregulares en Centroamérica. A diferencia de cubanos, haitianos, africanos y asiáticos, que transitan en esas rutas hacia Estados Unidos, para los venezolanos su meta es Panamá, donde ahora engrosan una colonia cuyo número está en crecimiento.
Panamá decidió prohibir el reingreso de venezolanos que, cada seis meses, salen y regresan a un país del que están exonerados de visa, y ahora hay unos 150 venezolanos varados en Paso Canoas, el principal puesto limítrofe entre Costa Rica y Panamá. Los venezolanos, que están liberados del requisito de visa para entrar a Panamá, tampoco pretende asentarse en Costa Rica, ya que todos quieren retornar a suelo panameño, donde han hecho vida. El director general del Servicio de Migración de Panamá, Javier Carrillo, advirtió que "a los extranjeros que pretendan realizar ciclos migratorios exprés, para mantener la condición de turistas, solo se les permitirá la salida y no el ingreso al país". "Los extranjeros no pueden permanecer años en Panamá, en condición de turista", agregó.
Para complicar la situación, la directora de Migración de Costa Rica, Gisela Yockchen, anunció que en el Gobierno costarricense "no se descarta" adoptar la decisión de establecer el requisito de visa para los venezolanos. "Tampoco implica que se va a hacer. El sistema de visas [de Costa Rica] en estos tiempos siempre tiene que estar alerta procurando la seguridad nacional de nuestro país", afirmó Yockchen en entrevista con EL PAÍS.
Costa Rica registró "un pequeño aumento" en el ingreso de venezolanos a finales de febrero. Un total de 1.810 venezolanos entraron a Costa Rica del 25 de febrero al 7 de marzo y salieron 1.876, informó la directora. "Es una situación migratoria propia de personas nacionales de Venezuela, cuyo país destino es Panamá y utilizan la salida a Costa Rica para regularizar su situación", explicó Yockchen.
En este contexto, el Servicio de Migración de Panamá informó de que desde finales de febrero sus autoridades en Paso Canoas rechazaron "el ingreso al país de unos 89 extranjeros", por incumplir con las regulaciones legales panameñas. De ese total, 77 son venezolanos, 10 centroamericanos y dos europeos.
Medios panameños aseguran que ya hay al menos 150 venezolanos varados en esa frontera.
Seguir leyendo en El País