Irlanda no votó en el referéndum que determinó la salida del Reino Unido de la Unión Europea, pero pagará una gran factura por el Brexit. La desconexión europea del mayor socio comercial de Dublín puede poner en riesgo una recuperación rápida, por lo que el país ha reiterado en los últimos meses la importancia de mantener intactos los acuerdos comerciales entre los países de la Isla. Con el plazo marcado en su momento por David Cameron para activar el conocido artículo número 50 a punto de vencer, el "Tigre Celta" considera que merece un sillón privilegiado en la mesa de negociación, publica el diario ABC
Este fue uno de los mensajes que quiso transmitir el primer ministro irlandés, Enda Kenny, en la presentación del "All-Island Civic Dialogue", un proyecto gubernamental que ha recopilado durante meses las propuestas de representantes empresariales y políticos para afrontar el Brexit. "Es necesario proteger el crecimiento de nuestra economía y mantener una relación comercial cercana tanto con la Unión Europea como con el Reino Unido. Incluso si este último abandona el mercado único", afirmó Kenny durante el evento.
El aperturismo ha sido un ingrediente esencial para cocinar el milagro irlandés. El país tuvo que ser rescatado por Europa en 2010 y tardó tres años en saldar el conjunto de su deuda. Desde entonces, el crecimiento ha sido constante. La austeridad y el capital extranjero han convertido a Irlanda en uno de los países del Viejo Continente que más ha crecido durante los últimos años. En 2015 la inversión de grandes empresas provocó que el PIB se disparara hasta el 26%.