El Sambódromo de Río de Janeiro realizó la noche del pasado lunes la última jornada de desfiles de carnaval con un programa de reñida competencia entre las mejores escuelas de samba de mundo.
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Abarrotado, con sus 72.500 plazas cubiertas, el templo de la avenida de Sapucaí abrió la noche con la agrupación Uniao da Ilha (Unión de la Isla), la primera de las seis que desfilaron durante la madrugada, que rindió homenaje a Kitembo, la fuerza universal del tiempo, un dios compartido por todas las religiones.
Le siguió Sao Clemente, con "Vergüenza para quien piense mal", un montaje sobre el Rey Sol y sus inmensas riquezas, en una historia que parece muy apropiada a la realidad que vive Brasil, envuelta en escándalos diarios por corrupción.
No es la primera vez que Sao Clemente lleva un tema cotidiano a la pista de Sapucaí, en 1984, con "El diablo está suelto en el asfalto", denunció la grave situación del tránsito, un año después criticó la crisis de la vivienda con "Quien se casa, casa quiere", y en 1987 fue blanco de la polémica con un espectáculo en el que cargó contra la profesionalización de los "sambistas".
La tercera en salir será "Mocidade Independente", con una evocación de "Las Mil y una Noches" centrada en Marrakesh que promete calentar aún más la temperatura en el Sambódromo.
El repertorio se completó con "Unidos da Tijuca", una de las escuelas más antiguas de Río, fundada en 1931, que ha elegido un espectáculo sobre la "música del alma" que unirá a personajes tan dispares como el brasileño Pixinguinha y el estadounidense Louis Armstrong a través de baladas, pop y hasta rock and roll.
Ya bien entrada la madrugada, dos de las escuelas favoritas, Portela y Mangueira, se encargaron de despedir el carnaval 2017 en Sapucaí.
La primera, con el azul y el blanco en su bandera, recorrió los grandes ríos del mundo y su cultura como fuentes de agua que purifican el cuerpo, ahogan la tristeza y renuevan las fuerzas.
Mangueira se encomendará a todos los santos para hacerse con el triunfo de esta edición del carnaval con un espectáculo en homenaje "al santo de casa y al santo del altar".
También Sao Paulo vivió una jornada de fiesta en las calles y Olinda reunió a miles en su tradicional desfile de bonecos (muñecos gigantes) en el centro histórico en el que las estrellas fueron Donald Trump, el futbolista brasileño Neymar y hasta el maestro Yoda, de la saga "Star Wars".
Con información de EFE