Desfile de los Bonecos de Olinda (Muñecos de Olinda), tradicional bloco de carnaval de la ciudad de Pernambuco. Desde el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hasta el astro argentino Lionel Messi o el maestro Yoda de Star Wars, cerca de cien muñecos gigantes se pasearon por el centro histórico de esta localidad, en uno de los carnavales más emblemáticos de Brasil.
Redacción El Político
Más de 10, 000 personas acompañan a las carrozas que este año se mofan entre otros del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, y de la candidata ultraderechista a las elecciones francesas Marine Le Pen, y desde las cuales serán arrojadas unas 300 toneladas de caramelos y chocolates, reseñó Vanguardia.
El desfile al que se espera la asistencia de más de un millón de personas -el año pasado se calcularon cerca de 1.5 millones de visitantes- se celebra en medio de estrictas medidas de seguridad.
Al igual que en los otros dos bastiones de Carnaval de Alemania, Maguncia y Düsseldorf, en Colonia se prohibió el ingreso al casco céntrico de camiones para evitar atentados como el perpetrado con un camión en un mercado navideño en Berlín en diciembre.
A las 11:11 de este jueves comenzaron los que para muchos son los días más felices del año en algunas zonas de #Alemania. [el] #carnaval pic.twitter.com/zPUzpIWuBr
— DW (Español) (@dw_espanol) 23 de febrero de 2017
Asimismo, han sido apostados numerosos agentes de policía en todo el trayecto del desfile. Las principales arterias de la ciudad del oeste alemán fueron bloqueadas con patrulleros y camiones lanzaaguas.
También en Maguncia, en el suroeste del país, comenzó bajo un tibio sol el desfile que marca el punto culminante de las carnestolendas. Los organizadores destacaron que el convoy de este año tiene una longitud récord de nueve kilómetros, con 154 grupos y carrozas.
En Colonia, una carroza presenta a Trump como alumno nuevo de una clase junto al cual nadie se quiere sentar, salvo el presidente ruso, Vladimir Putin. El Trump carnavalesco se comporta de forma grosera y agarra por la entrepierna a la maestra, encarnada por la estatua de la libertad.
En Düsseldorf, una ciudad en la que sátira desvergonzada constituye la principal tradición, el nuevo presidente de Estados Unidos también ha sido retratado en una actitud poco decorosa, concretamente aparece violando a la estatua de la libertad.