Un total de 4 bancos rusos y una Caja de Ahorros, además de un grupo de empresarios y políticos rusos son los primeros sancionados por el gobierno de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Mario Augusto Beroes Ríos/El Político
La decisión asumida por el país europeo se da tras tras la decisión del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de reconocer las repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk en el este de Ucrania.
Esta sería la "primera parte" de las sanciones ordenadas por el primer ministro británico, Boris Johnson, contra la Federación Rusa, quien condenó la agresión de Putin en Ucrania y aseguró que Europa debe "prepararse" para sus próximos pasos.
Ante el Parlamento, Johnson dijo que la gente "tendrá dificultades para comprender o contemplar cómo, en el año 2022, un líder nacional podría planear deliberadamente y con calma la destrucción de un vecino pacífico".
“Sin embargo, la evidencia de sus propias palabras sugiere que eso es exactamente lo que está haciendo el presidente Putin”, dijo.
Sanciones "tímidas"
Johnson añadió que al reconocer las repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk, el presidente Putin establece "el pretexto para una invasión a gran escala en Ucrania".
"Gran Bretaña ahora debe "prepararse para las próximas etapas posibles del plan de Putin".
“Al negar la legitimidad de Ucrania como estado y presentar su propia existencia como una amenaza mortal para Rusia, Putin establece el pretexto para una ofensiva a gran escala”, dijo Johnson a los legisladores.
Además, Johnson sostuvo que "lo que (Putin) está haciendo va a ser un desastre para Rusia”. También anticipó un “estatus de paria” para la nación si continúa invadiendo Ucrania.
"Seguiremos buscando una solución diplomática hasta el último momento posible", insistió Johnson.
“Pero, tenemos que enfrentar la posibilidad de que ninguno de nuestros mensajes haya sido escuchado y que Putin esté implacablemente decidido a ir más allá para subyugar y atormentar a Ucrania. Son unas sanciones tímidas, pero son las primeras, apenas”.
Un poco antes, el portavoz de Johnson apoyó la decisión de Alemania de detener la certificación del controvertido gasoducto Nord Stream 2. "Europa tiene que dejar de lado los hidrocarburos rusos", dijo el portavoz a los periodistas,