Veinticuatro homicidios, todos con características de ejecución, fueron registrados en la ciudad de Belém do Pará, al norte de Brasil, entre la tarde del viernes 20 de enero y la del sábado 21, según informó el gobierno del estado.
Los familiares de los asesinados se están acercando este domingo al Instituto Médico Legal (IML) para identificar los cuerpos.
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La sucesión de asesinatos comenzó tras la muerte de un agente de la Policía Militar el viernes, en un tiroteo con asaltantes. El Gobierno del estado dejó entrever la posibilidad de que todas las ejecuciones posteriores estén relacionadas con esa inicial.
Según el diario "O Globo", muchas de las víctimas no se encontraban haciendo nada especial al momento de ser ejecutados. El periódico resalta los casos de Flávio Oliveira Maciel, que presuntamente estaba conversando con amigos en la puerta de una casa cuando fue alcanzado por los disparos, y de un feriante a quien le habrían tirado desde un auto en movimiento.
La extraña situación obligó al IML a montar un esquema especial de trabajo para lidiar con la recepción e identificación de todos los cadáveres.
Las autoridades del estado convocaron un gabinete especial y permanente para investigar los crímenes. Además, se le pidió apoyo a Alexandre de Moraes, ministro de Justicia de Brasil.
Belém tiene una media diaria de tres asesinatos. Normalmente, suceden a la noche y en barrios violentos. Esta vez, sin embargo, ocurrieron mayoritariamente durante la tarde y en 16 vecindarios diferentes de la ciudad.
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La situación se asemeja a una vivida en Londrina, al sur del país, el 30 de enero de 2016. En aquella ocasión, tras el asesinato de un policía, 10 personas fueron ejecutadas y 15 quedaron heridas en la misma madrugada.
Con información de Diario Las Américas