Una visita a Nicaragua por parte del iraní, Mohsen Rezai, acusado de participar en el atentado terrorista perpetrado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina – AMIA, en 1994, donde murieron 85 ciudadanos, ha destapado una crítica internacional, por parte de 22 países.
El Político
La protesta fue escenificada en el seno de la Organización de Estados Americanos – OEA, en una reunión del Consejo Permanente, por vía de una discreta declaración poco comprometedora, propiciada por Argentina y Estados Unidos.
Esta forma de protesta —por cierto— es muy utilizada en la OEA.
Los 22 países condenaron la presencia de Mohsen Rezai en el acto de toma de posesión de Daniel Ortega, para un nuevo mandato en Nicaragua. Su estadía en el país centroamericano supone una "afrenta a la Justicia argentina y a las víctimas del atentado terrorista.
Mohsen Rezai actualmente es vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán. Sobre este sombrío personaje existe una alerta roja de Interpol.
El gobierno argentino cuestionó a la Interpol. Se pregunta, ¿por qué no lo detuviera cuando estuvo en Nicaragua?
Los países que respaldaron la protesta son: Antigua y Barbuda, Argentina, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, EE.UU., Granada, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, Venezuela y Uruguay. En total 22, de los 35 miembros que conforman la OEA.
¿Y qué dice Nicaragua?
El embajador nicaragüense ante la OEA, Arturo McFields, se manifestó en contra de la declaración. Su argumento, "Nicaragua puede invitar a quien quiera, porque es una nación soberana, independiente y goza del derecho a la autodeterminación de los pueblos".
Adicionalmente, durante su estadía en Nicaragua, Mohsen Rezai se reunió con el presidente Daniel Ortega. A este le reiteró su apoyo para "vencer al imperialismo norteamericano".